Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 6 de agosto de 2012

El mendigo y el grano de trigo

Había una vez un mendigo que todas las semanas salía a recorrer las tierras de los ricos propietarios para pedirles una limosna. Un día, llegó a la finca de una viuda y le pidió un trozo de pan.
-Aún no está hecho.
-Entonces dame, por favor, un poco de harina.
-Aún no está molida.
-Entonces dame, por favor, un poco de trigo.
La mujer perdió la paciencia y le arrojó un grano de trigo.
-Ahí tienes el trigo.
El mendigo le dio las gracias, guardó el grano en su mochi­la y se fue a otro cortijo.
-Querría que me cuidase este grano de trigo -le dijo el men­digo al campesino-. Guárdemelo bien, por favor, que dentro de poco estaré de vuelta.
El campesino guardó el grano de trigo, pero una gallina lo vio y se lo comió.
Cuando el mendigo estuvo de vuelta, le dijo al campesino:
-¿Por qué has dejado que la gallina se comiese mi grano de trigo? Ahora tendrás que darme a cambio la gallina.
El campesino le dio la gallina y el mendigo se dirigió al cor­tijo más próximo.
-Amigo,querría que me cuidase por un momento mi galli­na. No la pierda de vista, por favor. Estaré de vuelta enseguida.
Pero el gato del campesino se comió la gallina y el mendigo, al volver, le dijo:
-Su gato se ha comido mi gallina, así que ahora el gato es mío.
Y se fue llevándose consigo el gato. Llegó a la casa de un gran señor y le dijo:
-Amable señor, cuídeme un momento este gato. En pocos minutos estaré de vuelta.
Pero, cuando vio que el perro del señor había matado a su gato, dijo el mendigo:
-Ahora el perro es mío.
Y se marchó acompañado por el perro, hasta que se lo en­tregó a un hombre diciéndole:
-Amigo, cuídeme un momento este perro. Estaré de vuelta en un instante.
Pero, cuando volvió, el perro estaba muerto. Lo había ma­tado el toro. El mendigo dijo:
-Me llevaré en su lugar el toro.
El hombre tuvo que darle el toro y el mendigo se marchó. Llegó a la casa de un ricachón y le dijo:
-Amigo, preste atención a mi toro. Dentro de poco estaré de vuelta.
Pero, antes de que volviese, el caballo del ricachón mató al toro.
-Ahora el caballo es mío -exclamó el mendigo.
Y se fue con el caballo. En el camino se encontró con un rey. El rey tenía prisa por volver a su casa, pero su caballo se ha­bía herido una pata y cojeaba. Entonces le pidió prestado su ca­ballo al mendigo. Al día siguiente, el mendigo fue a ver al rey para que le devolviese su caballo, pero el caballo estaba muerto.
-Te devolveré en oro el valor de tu caballo -dijo el rey.
Y le dio al mendigo tanto oro que le permitió convertirse en un rico señor. Ya no tuvo que pedir limosna, sino que vivió en un hermoso palacio y ¿a que no sabéis con quién se casó?: justa­mente con la viuda que le había dado el grano de trigo.

Fuente: Gianni Rodari

126. anonimo (rumania-transilvania)

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