Había una vez un hombre
pobre que no tenía nada y a nadie en el mundo fuera de un viejo asno. Un día se
fue con su asno a una tierra cugos habitantes no habían oído hablar nunca de
asnos y, precisa-mente por ello, confiaba en poder vender el sugo a buen
precio.
Después de mucho caminar,
llegó finalmente a una ciudad que tenía una torre muy alta. La gente del lugar
se quedaba con la boca abierta mirando al extraño animal que el hombre llevaba
consigo.
-No es un animal como los
demás -decía el hombre pobre. Es el asno, el conquistador del mundo.
El rey, al tomar
conocimiento del hecho, mandó llamar al hombre:
-Véndeme el asno, el
conquistador del mundo.
-Te lo venderé, pero
debes darme a cambio su peso en oro -respondió el menesteroso.
El rey aceptó, le entregó
el oro y el hombre se fue.
El rey hizo que llevasen
el asno a sus establos y ordenó que le diesen de comer y beber. Al cabo de
pocas semanas, el asno se puso gordo y redondo como una bola.
Un día el rey de una
región vecina se dirigió con su ejército a la conquista de la ciudad de la alta
torre. Sitiada la ciudad, se preparó para el ataque, pero la gente no se
preocupaba en absoluto por el enemigo, convencida de que la salvaría el asno,
el conquistador del mundo. Y, en efecto, en determinado momento hicieron salir
al asno del establo y lo lanzaron contra el enemigo, fuera de las puertas de
la ciudad.
El asno, feliz de
encontrarse de nuevo libre, se revolcó por el suelo, rebuznando de tal modo que
dejó a todos aturdidos. Los enemigos, que jamás habían visto un asno, se
quedaron aterrorizados. De repente el asno reparó en los caballos del enemigo
y, creyendo que se trataba de otros asnos dispuestos a pastar, salió trotando
hacia ellos. Al verlo ir a su encuentro, los enemigos fueron presa del pánico,
montaron en los caballos y se dieron a la fuga.
En la ciudad de la alta
torre hubo gran regocijo. Llevaron al asno de nuevo al establo, lo alimentaron
y le dieron de beber. Y se puso cada vez más gordo y, si ya no ha reventado,
podéis estar seguros de que no ha parado de engordar.
138. anonimo (tajikistan)
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