El bufón Hero recurrió a un prestamista para
conseguir cien dinares. Y, pasado un tiempo, el prestamista no cesaba de
acosarlo:
-¿Cuándo vas a devolverme esos cien dinares?
-Te los devolveré pronto, palabra de honor,
pero ahora no tengo ni una moneda en el bolsillo.
-¡Siempre la misma historia! Lo siento, Hero,
pero debes venir conmigo ante el juez.
Hero no tenía ninguna gana de ir ante el juez.
-¿Cómo se te ocurre semejante cosa? ¿Te parece
que puedo presentarme ante el juez con esta capa toda raída?
-Es verdad -dijo el prestamista. Te prestaré
un traje, pero del juez no te salvarás.
Le prestó un traje a Hero y se fueron juntos a
hablar con el juez.
-Excelencia -dijo el prestamista, el bufón
Hero, aquí presente, me debe cien dinares y no me los quiere devolver.
-No es verdad -exclamó enseguida Hero. Este
desgraciado debe de haber enloquecido. Jamás me ha prestado nada. Dentro de
poco, es capaz de llegar a decir que el traje que llevo puesto es suyo.
-¡Claro que ese traje es mío! -gritó el
prestamista.
-¿Lo ve, Excelencia? -le dijo Hero al juez.
¿Tengo razón o no?
-Sí, tienes toda la razón -dijo el juez y echó
de la sala al prestamista.
149 anonimo (serbia)
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