Y hablando de piedras, a
poca distancia de la de los perdones y en el mismo lado del camino, siguiendo
siempre la subida, es visible un monolito prismático, un enorme pedrusco de
origen seguramente prehistórico, que tiene también su nombre propio y cuya
inusitada presencia allí está plenamente explicada por la fantasía.
Cuentan que un gigante
-cualquiera de los formidables gigantes que aparecen profusamente en los
cuentos y rondaies del folklore
mallorquín- andaba dando su cotidiano paseo, cuando sintió molestias en el
interior de uno de sus zapatos. Se sentó en la cima del monte y se descalzó su
inmensa bota de la que cayó la singular piedra, quedando clavada en la falda de
la montaña. Desde entonces, la piedra es para todos es macolí d'es gegant y allí sigue, donde la dejara el gigante, por
si alguien se atreve a dudarlo.
Fuente: Gabriel Sabrafin
092. anonimo (balear-mallorca-felanitx)
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