Hubo una vez un joven Rey tan valiente, que no sabía lo que es temblar, y
aunque era muy feliz, le decía a su mujer:
‑Sólo me falta una cosa en la vi a saber temblar.
La Reina le quería mucho, así que fue a ver a su Hada Madrina para tratar
de encontrar una solución al problema del Rey.
‑Esta madrugada, sal de la cama, toma un cubo y coge agua y peces del
estanque del Palacio ‑le dijo el hada. Después le echas por encima el
contenido del cubo. ¡Ya verás!
A la Reina le pareció una solución un poco simple, pero obedeció al pie de
la letra; se levantó el alba, llenó un cubo con agua y peces del estanque, y se
lo echó encima a su marido mientras éste aún dormía. ¡Pronto se despertó!
‑¿Qué me pasa? ‑exclamó tiritando- ¿Por qué tiemblo?
La Reina se echó a reír; los pececillos y el agua fría habían hecho temblar
a su valiente marido.
Desde entonces, el Rey supo temblar y no hubo nada que empañase su
felicidad ni la de su esposa la Reina.
999. Anonimo
No hay comentarios:
Publicar un comentario