Erase un rey que tenía tres hijos;
los dos mayores eran alegres y un tanto alocados y se marcharon en busca de
aventuras, tras obtener el permiso de su padre.
Pasaba el tiempo y, como no
regresaban, el hermano menor, un muchacho muy sensato, se fue a buscarlos, pues
había llegado la noticia de que habían dilapidado toda su fortuna en
desenfrenadas diversiones y estaban arruina-dos.
Cuando los dos príncipes vieron
aparecer al hermano, se rieron de él pero accedieron a sus ruegos y le
siguieron.
Sucedió que, al pasar junto a un
hormiguero, el hermano-mayor quiso destruirlo pero el menor se lo impidió.
Más tarde pasaron junto a un'.lago
donde nadaban algunos patos y el segundo hermano quiso matarlos para comérselos
asados, pero el menor lo impidió.
Llegaron a un bosque y los dos
hermanos mayores, fijándose en un árbol, dijeron:
-Aquí hay abejas. Hagamos fuego al
pie del árbol y cuando huyan podremos sacar la miel.
-Dejad en paz a las abejas -dijo el
menor. Sigamos adelante.
Y los tres siguieron caminando y
llegaron a un hermoso castillo.
999. Anonimo
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