38. Cuento popular castellano
Este era un burro que le echaron a
morir. Y se fue al campo y se encuentra con un perro.
-¿Qué haces ahí? -le dice el perro.
-El amo, porque soy viejo y pelao, me
ha echao a morir y ya no me admite en casa.
-Así me pasa a mí -dijo el perro. En
esto que se encuentran a un gato.
-¿Dónde vas? -le preguntaron.
-Me ha echao fuera el amo porque soy
viejo y goloso, y porque ya no puedo cazar.
Y ven a un gallo en lo más alto de un
árbol y le preguntan:
-¿Qué haces ahí, gallo?
-Mirar... Es la función del pueblo, y
me han querido coger para matarme, y me he salido al campo.
-Bájate, y vamos por el mundo a buscar
la vida.
Y andando, andando, se encontraron con
una luz en un monte. Era un caserío abandonao, que los señores iban a veranear
allí en el verano. Y había una cuadrilla de ladrones que estaban robando el
caserío. Y dice el perro:
-Ahí hay gente. Vamos a entrar a ver
si los asustamos y se van y nos comemos la merienda de ellos.
El gallo se subió a lo más alto de la
cuadra..., el perro tras de una puerta tumbao, ... y el gato se fue al hogar
donde estaban comiendo. Y empezó el gato a maullar, el burro a rebuznar, el
perro a ladrar, y el gallo a cantar:
-¡Están aquí¡¡!... ¡Están aquí¡¡! ...
Los ladrones tuvieron miedo y se
salieron gritando:
-¡Aquí hay gente y nos van a coger!
Escaparon los ladrones, y los animales
entonces se puson a comer la cena. Entretanto los ladrones dejaron de correr, y
dice el capitán:
-Muchachos, el que sea más valiente
tiene que volver a ver qué gente hay allí. Si no, seremos unos cobardes. Y fue
uno voluntario y dice:
-¡Yo entro!
Llega el ladrón a la cocina, y el gato
lE echó una engarafiada que le sacó un ojo; el perro le cogió de las piernas
haciéndole mordiduras. Y al tiempo de salir, le pegó unas coces el burro... y
el gallo entretanto dando voces:
-¡Venir, que están aquí! ¡Venir, que
están aquí!
El ladrón echó a correr con todas sus
fuerzas y temblando de pies a cabeza, dijo a sus compañeros:
-¡Vámanos corriendo, que allí hay
mucha gente, y nos van a coger!
Y escaparon los ladrones y dejaron a
los animales solos en el caserío. Y allí se quedaron disputando, hasta que
fueron los amos a veranear y vieron con mucho gusto que su finca estaba en buenas
condiciones guardada por los animales.
Nava
de la Asunción ,
Segovia. Narrador
XXVI, 16 de abril, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario