Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

domingo, 1 de julio de 2012

Las moscas son testigo de una muerte


209. Cuento popular castellano

Eran dos individuos que estaban resentidos, y uno era de muy malos sentimientos. Se encontraron un día en el campo a solas, y como el de los malos sentimientos siempre estaba preparao, le desafió al otro, que no lo estaba. Y ya comenzaron a reñir, y le dijo:
-Yo a ti, ahora, te voy a matar, porque nadie nos ve y nadie sabrá nada de este suceso. Te mato y quedo en libertaz. Y el otro le dijo:
-Tienes razón, puedes hacerlo, porque vienes con esa idea, y yo no me preparo para nada. Pero este hecho dices que nadie lo ve, y hasta las moscas serán testigo de mi muerte, porque Dios no es encubridor de los malos hechos.
Y ya el otro hizo la muerte y se vino a casa tan tranquilo. Pero a los pocos días su mujer le notaba que estaba agitado, que no tenía reposo. Iba a comer, y se le ponían a su lado todas las moscas que había en la casa; iba a dormir y pasaba lo mismo, y ya ni comía ni dormía. Ya observando la mujer un día y otro y otro una cosa extraña en él, le dijo:
-No sé... Que me da en qué pensar, de poco acá, esta manera que tienes de ser. Parece que te encuentro disgustao, pues veo que no tienes reposo en ningún sitio. Ni comes, ni duermes, ni sosiegas, ni te veo con gusto para nada. Dime hombre, lo que te pasa. Desahógate de lo que sea, a ver si te lo puedo remediar.
-Pues, mujer, es una cosa muy grave; pero como no tengo tranquilidad, te lo voy a decir: que he hecho una muerte hace tanto tiempo. Se trata de aquél que echan de menos, que no se ha sabido quién lo mató. Y he sido yo.
Y en esto que comenzó la mujer:
-¡Ay, Dios mío! ¡Ay, Dios mío!
Y los niños se apercibieron.
-Pues, al tío Fulano lo ha matao mi padre, que se lo ha dicho a mi madre. Por eso se queda tan malo.
De modo que ya dieron parte, fue la curia a su casa, le pren­dieron y le sentenciaron.

Astudillo, Palencia. Narrador XXIV, 14 de mayo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)



No hay comentarios:

Publicar un comentario