Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de julio de 2012

La oveja sin asadura


211. Cuento popular castellano

Venía don Juan Soldao de la guerra, y andaba el Señor y San Pedro por el mundo. Y le dice San Pedro al Señor:
-Tengo hambre.
Y le dijo el Señor:
-Sal a aquel soldao, y le pides un poco de pan. Si lo tiene, creo que te lo dará.
Y va San Pedro y le dice a Juan Soldado:
-Dame un poco pan, que tengo hambre. Y le dijo Juan Soldado:
-No te le doy, que sólo tengo un poco, y es para mí.
-Bueno, si no me lo das, me voy sin ello.
Se retira unos pasos de él, y le llama Juan Soldado y le dice:
-De lo poco que tengo, te voy a dar un poco; pero que no me lo pida nadie más, que no se lo doy.
A los pocos pasos vuelve a salir San Pedro, y Juan Soldado no le conoce. Y le vuelve a pedir otro poco pan. Y le dice Juan Soldado:
-¡Coño, aquí no hay más que pobres! No tengo nada, y no te doy nada. Lo poco que tengo es pa mí.
Se retira un poco y le vuelve a llamar Juan Soldado a San Pedro:
-Toma; pero no te doy más, porque no le hay. Llevo un poco sí; pero no se lo doy ni a Dios.
A chico rato vuelve a salir San Pedro, y tampoco le conoce Juan Soldado. Y vuelve a repetir Juan Soldado:
-Pero, ¡hombre! ¡Cuánto pobre hay aquí, que todos vienen a pedir! ¡Que no te le doy, no te le doy! Que es pa mí pal camino. Ya por fin le volvió a llamar y se lo dio. Y le dice Pedro:
-Vente conmigo.
Y llegaron los dos ande estaba el Señor. Y se pasa un rato, juntos ya los tres, y dice Juan:
-Tengo hambre.
Entonces le dice el Señor:
-Vete a aquella rede que está allí y trae una oveja. Mátala y guísala, que este compañero y yo nos vamos a dar una media vuelta mientras la guisas. Luego ya la comeremos los tres.
Al retirarse el Señor y San Pedro, Juan Soldado se puso a guisar la oveja. Y como tenía tanta hambre, se comió la asaura.
Por fin ya se reunieron a comer. Y estando comiendo, dice el Señor a Juan:
-¿Sabes, Juan, que noto que no hay asaura aquí, que no cojo ninguna tajá de asaura?
-Pero, ¿no sabes -dice Juan- que es blanca, y las ovejas blancas no tienen asaura?
Y el Señor se conformó. Luego dice Juan Soldado:
-Quiero dinero, que no tengo dinero.
Y le mandó el Señor a una casa y le dijo: -Vete a esa casa y coge el dinero que haiga.
Lo trae Juan Soldado, y el Señor empieza a hacer cuatro par­
tes, siendo tres. Y dice Juan:
-¡Mira, no me j...! ¡No hagas cuatro partes, que somos tres! ¿Para quién es esa parte que haces ahí? Y le dice el Señor:
-Calla.
Y calla. Ya por fin lo terminó de repartir. Le dice a Juan:
-Coge ese montón.
Y a San Pedro:
-Tú ése. Y éste para mí.
Entonces dice Juan:
-Y éste que sobra, ¿pa quién es?
-Mira, ése que sobra es para el que se ha comido la asaura de la oveja.
Y dice Juan:
-Entonces, ¡pa mí!
Lo arrebañó y lo cogió para él.
-Pues, ¡qué pronto ha aparecido la asaura de la oveja blanca!

Coca, Segovia. Narrador XLVIII, 7 de abril, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


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