211. Cuento popular castellano
Venía don Juan Soldao de la guerra, y
andaba el Señor y San Pedro por el mundo. Y le dice San Pedro al Señor:
-Tengo hambre.
Y le dijo el Señor:
-Sal a aquel soldao, y le pides un
poco de pan. Si lo tiene, creo que te lo dará.
Y va San Pedro y le dice a Juan
Soldado:
-Dame un poco pan, que tengo hambre. Y
le dijo Juan Soldado:
-No te le doy, que sólo tengo un poco,
y es para mí.
-Bueno, si no me lo das, me voy sin
ello.
Se retira unos pasos de él, y le llama
Juan Soldado y le dice:
-De lo poco que tengo, te voy a dar un
poco; pero que no me lo pida nadie más, que no se lo doy.
A los pocos pasos vuelve a salir San
Pedro, y Juan Soldado no le conoce. Y le vuelve a pedir otro poco pan. Y le
dice Juan Soldado:
-¡Coño, aquí no hay más que pobres! No
tengo nada, y no te doy nada. Lo poco que tengo es pa mí.
Se retira un poco y le vuelve a llamar
Juan Soldado a San Pedro:
-Toma; pero no te doy más, porque no
le hay. Llevo un poco sí; pero no se lo doy ni a Dios.
A chico rato vuelve a salir San Pedro,
y tampoco le conoce Juan Soldado. Y vuelve a repetir Juan Soldado:
-Pero, ¡hombre! ¡Cuánto pobre hay
aquí, que todos vienen a pedir! ¡Que no te le doy, no te le doy! Que es pa mí
pal camino. Ya por fin le volvió a llamar y se lo dio. Y le dice Pedro:
-Vente conmigo.
Y llegaron los dos ande estaba el
Señor. Y se pasa un rato, juntos ya los tres, y dice Juan:
-Tengo hambre.
Entonces le dice el Señor:
-Vete a aquella rede que está allí y
trae una oveja. Mátala y guísala, que este compañero y yo nos vamos a dar una
media vuelta mientras la guisas. Luego ya la comeremos los tres.
Al retirarse el Señor y San Pedro,
Juan Soldado se puso a guisar la oveja. Y como tenía tanta hambre, se comió la
asaura.
Por fin ya se reunieron a comer. Y
estando comiendo, dice el Señor a Juan:
-¿Sabes, Juan, que noto que no hay
asaura aquí, que no cojo ninguna tajá de asaura?
-Pero, ¿no sabes -dice Juan- que es
blanca, y las ovejas blancas no tienen asaura?
Y el Señor se conformó. Luego dice
Juan Soldado:
-Quiero dinero, que no tengo dinero.
Y le mandó el Señor a una casa y le
dijo: -Vete a esa casa y coge el dinero que haiga.
Lo trae Juan Soldado, y el Señor
empieza a hacer cuatro par
tes, siendo tres. Y dice Juan:
-¡Mira, no me j...! ¡No hagas cuatro
partes, que somos tres! ¿Para quién es esa parte que haces ahí? Y le dice el
Señor:
-Calla.
Y calla. Ya por fin lo terminó de
repartir. Le dice a Juan:
-Coge ese montón.
Y a San Pedro:
-Tú ése. Y éste para mí.
Entonces dice Juan:
-Y éste que sobra, ¿pa quién es?
-Mira, ése que sobra es para el que se
ha comido la asaura de la oveja.
Y dice Juan:
-Entonces, ¡pa mí!
Lo arrebañó y lo cogió para él.
-Pues, ¡qué pronto ha aparecido la
asaura de la oveja blanca!
Coca,
Segovia. Narrador
XLVIII, 7 de abril, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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