110. Cuento popular castellano
Érase un rey que se tenía que ir a la
guerra. Y a su esposa la dijo que mientras él estuviese en la guerra, que no
saldría de una galería del palacio. Y debajo de esa galería había una fuente pública,
donde venía mucha gente a por agua. La reina, de que él marchó a la guerra,
solía estar en la galería con su niñito, y observó que una negra venía por
agua y rompía el cántaro y decía:
-Negra y blanca, romperé el cantarito
y me voy a casa.
Y rompía el cántaro y se marchaba. A
los tres días a la reina la intrigó lo que hacía la negra y mandó a un criado a
que la mandara subir. Laa negra la dijo que era por llamarla la atención, pues
deseaba estar con la reina. Y ella, al mismo tiempo, la dijo que estaba muy mal
peinada. Pero la reina la dijo que estaba disgustada y no hacía caso de
arreglarse por la ausencia de su esposo. Pero tanto insistió la mora, que al
fin se dejó peinar. Entonces la mora la metió un agujón hechizado, y la reina
se convirtió en paloma. Entonces la mora se vistió la ropa de la reina y esperó
la llegada del rey.
Cuando el rey llegó, no reconocía a su
esposa en la que encontraba; pero ella se esforzó por decirle que se había
vuelto tan negra por estar siempre en la galería esperándole. Pasados unos
días, estaba el hortelano del rey trabajando en el jardín, y se posó una
palomita en un árbol y le dijo:
-¡Hortelanito amigo!
Y él contestó:
-¿Qué hay, señora?
-¿Qué tal va el rey -le dice la
paloma- con la reina mora? Y él contestó:
-Bien, señora.
-Y, ¿el niño?
-A veces canta y a veces llora. Luego
la paloma dice:
-¡Ay, de la triste madre, que anda por
estos campos triste y sola?
-Al día siguiente se repitió la
escena. Y entonces ya el hortelano, intrigado, se lo contó al rey. Y éste dio
orden de que cogiesen a la paloma y se la trajeran a él. Lograron coger a la
paloma y se la presentaron al rey, que estaba comiendo con la esposa y el niño.
La negra, al ver la paloma, la reconoció en seguida y se esforzaba porque la
quitasen de la habitación y la echasen al campo, diciendo:
-¡Qué asco de bicho! ¡Echarla de allí!
Pero el rey y el niño la acariciaban.
Y la palomita se puso a comer en. el plato del rey y del niño. Entonces el niño
la empezó a acariciar y notó que tenía un bultito en la cabeza. Y le dijo a su
papá:
-Mira, mira. ¿Qué tiene esta palomita
en la cabeza? Y entonces la negra decía:
-¡Quitar,, quitar de ahí ese bicho!
Pero el rey cogió la paloma y, al
tirar de la motita que ella tenía en la cabeza, salió el agujón, y la paloma se
convirtió en reina, quedando asombrado el esposo. Abrazó a su mujer y preguntó
que quién la había puesto así. Entonces ella explicó lo que- había pasao con la
negra. Y resolvieron emparedarla por haber sido tan mala. Y ellos vivieron
felices y comieron perdices.
Burgos,
Burgos. Narrador
XLV, 1 de julio de 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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