Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de julio de 2012

Las tres bolitas de oro .202

202. Cuento popular castellano

Eran unos jornaleros que tenían tres hijos. Y estaba el padre a trabajar. Y vinieron los tres chicos de la escuela, y les dijo la madre:
-Ahora os doy a merendar, y os marcháis a encontrar a vues­tro padre.
Y les dio un cacho de pan y un poco de miel.
Y fue el mayor y se encontró con la Virgen y la dijo:
-¿Sabe usted por dónde tengo que ir para buscar a mi padre? Y le dijo:
-¿Me das un cachito de pan para este niño que llevo? Y la dijo:
-¡Anda! ¡A usted se lo voy a dar! ¡Mejor se lo tiraba a un perro que dárselo a usted!
Y le dijo:
-Pues, vete por ese camino negro, adelante, adelante...
Y marchó el mayor. Vino el segundo y se encontró con la Vir­gen y la dijo:
-¿Sabe usted por dónde tengo que ir para buscar a mi padre? Y le dijo:
-Dame un cachetín de pan para este niño. Dijo:
-¡No, señora! ¡A usted se lo iba a dar! ¡Lo tiraba antes de dárselo!
Y le dijo:
-Pues, vete por ese camino negro, adelante, adelante...
Y vino el pequeño. Y la dijo:
-Señora, ¿sabe usted por dónde tengo que ir a buscar a mi padre?
Dice:
-¿Me das un cachetín de pan para este niño que llevo?
Y la dijo:
-Sí, señora; tenga todo. Dijo:
-No, sólo un cacho. Dijo:
-Sí, sí, todo -miel y todo le doy a usted. Conque fue y se lo cogió. Y le dijo:
-Vete por ese camino blanco, adelante, adelante, y le en­contrarás.
Y cuando se marchaba, le dijo:
-Y toma estas tres bolitas de oro, una para tu madre, otra para tu padre, y otra para ti.
Cuando se encontró con los hermanos y se las enseñó, los hermanos se las querían quitar. Y al no dárselas, le mataron. Y le quitaron las tres bolitas y le enterraron.
Pero allí donde le enterraron nació una cañaleja. Y un pastor que andaba por allí la cortó y hizo una flauta. Y se puso a tocar­ la a ver si sonaba bien. Y al empezarla a tocar, empezó a decir:
-Pastorcito, tú que me cantas, tú que me suenas, mis hermanos me mataron en las arenas por las tres bolitas de oro que Nuestra Señora me dio: una pa mi madre, otra pa mi padre y otra para mí.
Y entonces el pastor se fue para el pueblo y le dijo al juez que mirara lo que le había pasao. Dice:
-He cortao una cañaleja para hacer una flauta, y va usted a ver lo que dice.
Y empezó a tocarla, y empezó a decir:
-Pastorcito, tú que me cantas, tú que me suenas, mis hermanos me mataron en las arenas
por las tres bolitas de oro que Nuestra Señora me dio: una pa mi madre, otra pa mi padre y otra para mí.
Y entonces fue cuando fueron el juez y el alcalde al sitio donde habían cortao la cañaleja. Y hicieron un hoyo y sacaron al niño. Pero había sido cosa de la Virgen. No estaba muerto. Y les contó lo que le había pasao. Y le llevaron para su casa y a los otros los castigaron, y él y sus padres vivieron felices.

Sieteiglesias, Valladolid. Narrador XC, 7 de mayo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


3 comentarios:

  1. Me encanta haber encontrado este cuento. Mi madre nos lo contaba y cantaba cuando éramos pequeños, puesto que las frases que salían de la flauta tenían musiquilla, y no se me ha olvidado, aunque hablaba del bendito San Juan, no de la Virgen:
    "Pastorcito, tócame bien
    que el hermano mayor me mató
    por las tres bolitas de oro
    que el bendito San Juan me dió".

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  2. mi abuela me lo contaba..en sinaloa méxico..!

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  3. wue recuerdos....siempre fue mi cuento favorito, me lo contaba mi abuela tal cual...solo que eran niñas no niños...y yo se lo he contado a mis hijos

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