11. Cuento popular castellano
La regallarona (o cocotoria) tenía
sembrada una tierra a medias con la raposa, de trigo. Ya que estuvo el trigo
pa escardarlo, avisó la regallarona a la raposa:
-Oye, tú, raposa, mañana vamos a
escardar el trigo.
Ya que concluyeron de escardar, ya no
pasó aviso hasta que no fueron a segar el trigo. Le segaron, le acarrearon
después y le trillaron en la era de Santa Clara. Ya le trillaron y lo beldaron,
y dice la regallarona:
-Bueno, el trigo está beldao; hay que
partirlo.
Y la dice la raposa a la regallarona:
-Mira, ¿pa qué vamos a andar
partiéndolo? Tú te coges la paja, y yo me cojo el trigo. Y si no quieres así,
yo me cojo el trigo y tú la paja.
La regallarona subía por el paseo
llorando y encontró a un galgo. Y la dice:
-¿Por qué lloras, regallarona?
-Porque hemos beldao el trigo y dice
la raposa: «Para no andar partiendo, yo me llevo el trigo y tú te llevas la
paja».
-Pues, vamos a ver a la era.
Hizon un hoyo en el trigo y se tumbó
el galgo en el hoyo del trigo. Le tapó bien la regallarona en el trigo al
galgo. Y le dejó un ojo fuera. Y dice la regallarona:
-Voy a buscar a la raposa, a ver si
quiere repartir el trigo. Cuando la encuentra, dice:
-Vamos a ver si partemos el trigo.
Fueron a la era, y la conoció la
raposa que había andao en el trigo.
-¿Has andao en el trigo?
-Yo no he andao en el trigo -contestó
la regallarona. Dice la raposa:
-¡Sí, mira! ¡Hay uvas aquí! Y salta el
galgo y dice:
-Sí, pero no están maduras.
Echó a correr detrás de la raposa, por
el paseo arriba. Y ahí encima de las laderas que hay arriba alcanzó el galgo a
la raposa y la mató.
Astudillo,
Palencia. Narrador
LXXXVII, 13 de mayo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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