Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de julio de 2012

Las diez misas


197. Cuento popular castellano

Era un matrimonio que se les habían muerto los padres. Y les habían dejado en el testamento que les dijeran diez misas por sus almas.
Pero ellos empezaron a pensar que con lo que les costaban las misas se daban un banquete, y que lo del purgatorio y la glo­ria, que era mentira.
Tenían una piara de ovejas, y todos días iba el pastor con ellas. Y un día se le presentó, encima de la mejor oveja, una pa­loma blanca. El pastor empezó a tirarla cantos, pero no pudo conseguir que se fuera.
Al día siguiente ocurrió igual. Ya el pastor empezó a pensar que esa paloma no era como las que él veía todos los días y de­cidió contárselo a los amos. Cuando fue por la noche a casa, les dijo que llevaba dos días que encima de la mejor oveja se ponía una paloma, y que por más cantos que la tiraba ni la podía dar ni se iba.
Entonces los amos se acordaron que no habían cumplido la última voluntad de sus padres y pensaron que si sería alguna alma del purgatorio. Así que le dijeron al pastor:
-Mira; si vuelve mañana, la dices, «Si vienes de parte de Dios, dime quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira la cruz». A ver qué te dice.
El pastor no lo echó en olvido. Y al día siguiente, cuando se presentó la paloma, la dijo:
-Si vienes de parte de Dios, dime quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira la cruz.
Entonces la paloma le dijo:
-Vengo de parte de Dios. Soy el alma de la madre del amo, que ya sabe que dejé dicho que me dijeran diez misas. Y como tus amos no lo han hecho, les dices que me las digan, que estoy penando en el purgatorio y que me faltan esas diez misas para subir al cielo.
Y desapareció la paloma.
El pastor se lo dijo a sus amos; pero ellos no hicieron caso. Se pasaron cuatro días, y el pastor no volvió a ver la paloma y ya creía que no iba a volver. Pero al día siguiente se volvió a presentar la paloma encima de la oveja. El pastor se lo dijo a sus amos, y éstos le dijeron que la dijera lo mismo que la había dicho antes. Así lo hizo. Al día siguiente, cuando se presentó la paloma, la dijo:
-Si vienes de parte de Dios, dime quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira la cruz.
Entonces la paloma le dijo:
-Vengo de parte de Dios, que digas a tus amos que si no creen en mis palabras, esta noche, cuando se vayan a la cama, que dejen todas las puertas bien cerradas con llaves y chaspillos y que verán lo que ocurre.
Y desapareció. El pastor llegó a casa y se lo contó a los amos. Y ellos dijeron:
-Vamos a ver qué es ello.
Cerraron bien todas las puertas con llaves, chaspillos y cerro­jos, y se fueron a la cama. Pero a la medianoche oyeron ruidos, se levantaron y vieron con asombro que las puertas se abrían y cerraban como si no; pero no veían a nadie. Entonces los amos ya sí que creyeron que era el alma de su madre, y a la mañana siguiente fueron en casa del señor cura a encargar las diez misas. Se las dijeron y cesaron los ruidos.
Se trata de un sucedido.

Pedraza, Segovia. Narrador LVII, 25 de marzo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


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