197. Cuento popular castellano
Era un matrimonio que se les habían
muerto los padres. Y les habían dejado en el testamento que les dijeran diez
misas por sus almas.
Pero ellos empezaron a pensar que con
lo que les costaban las misas se daban un banquete, y que lo del purgatorio y
la gloria, que era mentira.
Tenían una piara de ovejas, y todos
días iba el pastor con ellas. Y un día se le presentó, encima de la mejor
oveja, una paloma blanca. El pastor empezó a tirarla cantos, pero no pudo
conseguir que se fuera.
Al día siguiente ocurrió igual. Ya el
pastor empezó a pensar que esa paloma no era como las que él veía todos los
días y decidió contárselo a los amos. Cuando fue por la noche a casa, les dijo
que llevaba dos días que encima de la mejor oveja se ponía una paloma, y que
por más cantos que la tiraba ni la podía dar ni se iba.
Entonces los amos se acordaron que no
habían cumplido la última voluntad de sus padres y pensaron que si sería alguna
alma del purgatorio. Así que le dijeron al pastor:
-Mira; si vuelve mañana, la dices, «Si
vienes de parte de Dios, dime quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira
la cruz». A ver qué te dice.
El pastor no lo echó en olvido. Y al
día siguiente, cuando se presentó la paloma, la dijo:
-Si vienes de parte de Dios, dime
quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira la cruz.
Entonces la paloma le dijo:
-Vengo de parte de Dios. Soy el alma
de la madre del amo, que ya sabe que dejé dicho que me dijeran diez misas. Y
como tus amos no lo han hecho, les dices que me las digan, que estoy penando en
el purgatorio y que me faltan esas diez misas para subir al cielo.
Y desapareció la paloma.
El pastor se lo dijo a sus amos; pero
ellos no hicieron caso. Se pasaron cuatro días, y el pastor no volvió a ver la
paloma y ya creía que no iba a volver. Pero al día siguiente se volvió a
presentar la paloma encima de la oveja. El pastor se lo dijo a sus amos, y
éstos le dijeron que la dijera lo mismo que la había dicho antes. Así lo hizo.
Al día siguiente, cuando se presentó la paloma, la dijo:
-Si vienes de parte de Dios, dime
quién eres, y si vienes de parte del diablo, mira la cruz.
Entonces la paloma le dijo:
-Vengo de parte de Dios, que digas a
tus amos que si no creen en mis palabras, esta noche, cuando se vayan a la
cama, que dejen todas las puertas bien cerradas con llaves y chaspillos y que
verán lo que ocurre.
Y desapareció. El pastor llegó a casa
y se lo contó a los amos. Y ellos dijeron:
-Vamos a ver qué es ello.
Cerraron bien todas las puertas con
llaves, chaspillos y cerrojos, y se fueron a la cama. Pero a la medianoche
oyeron ruidos, se levantaron y vieron con asombro que las puertas se abrían y
cerraban como si no; pero no veían a nadie. Entonces los amos ya sí que
creyeron que era el alma de su madre, y a la mañana siguiente fueron en casa
del señor cura a encargar las diez misas. Se las dijeron y cesaron los ruidos.
Se trata de un sucedido.
Pedraza,
Segovia. Narrador
LVII, 25 de marzo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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