Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de julio de 2012

Las brujas de cansoles


150. Cuento popular castellano

Las brujas iban a bailar todas las noches al campo de Canso­les, junto a Guardo.
Y había una hija y una madre que las gustaba mucho el baile. Y la hija era muy guapa.
Sucedió una vez que, pasando un pobre por Cansoles, fue a pedir posada a la choza donde estaban las dos brujas. Las brujas le mandaron entrar y, después de darle de cenar, le mandaron que se acostase en un escaño que tenían allí en la cocina.
El pobre hombre se acostó; pero no se durmió. Hizo que es­taba dormido, pero estaba despierto. Las brujas entraron y le amarraron bien con un cordel al escaño, y, a eso de las doce, le­vantaron un ladrillo del suelo de la cocina y sacaron un frasco con unturas, y con ello se untaron toda la cara, los ojos, las ma­nos, los pies y el ombrigo. Y entonces dijeron:
-¡Por encima de zarzas y espinos, a bailar al campo Cansoles!
Y salieron volando.
Y el pobre, que todo lo estaba viendo, pudo desatarse un brazo, levantar el ladrillo y sacar el frasco del ingüento que te­nías las brujas. Se untó la cara, las manos, los pies y el ombrigo, y dijo:
-¡Por encima de zarzas y espinos, a bailar al campo Cansoles!
Y salió disparao como un rayo, con banco y todo.
Él, que llegó a Cansoles y vio el baile que tenían las brujas, tanto le gustaba la hija del ama que la fue a sacar a bailar. Y es­tando bailando, fue a dar una vuelta con el banco y quitó las narices a la bruja joven.
Cuando volvieron para casa, el pobre ya se había marchao antes que ellas, de manera que le hallaron acostao en el banco, como ellas le habían dejao.
Por la mañana, al levantarse, la preguntó a la bruja joven que qué la había pasao, que tenía las narices tapadas. Y ella le con­testó que en un baile que habían tenido, al dar una vuelta se había dao contra un poste y se había roto las narices.
Y ya el pobre se marchó. Y las brujas, pues siguen bailando entavía en Cansoles.

Morgovejo, Riafio, León. Narrador LXV, 20 de mayo, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


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