21. Cuento popular castellano
La zorra se casaba y envitó a la
cigüeña a la boda. Y la brindó a su casa a comer.
Y fue la zorra y preparó una fuente de
hormigos pa darla de comer a la cigüeña. Y vino la cigüeña y daba picotazos en
la fuente de hormigos, pero no podía comer nada. Y la zorra, de dos lenguadas,
se comió todos los hormigos. Se fue la cigüeña pa su casa sin comer y muy
indinada. Y decía:
-Tú me la pagarás uno de estos días.
Y la cigüeña se quedó pensando cómo se
vengaba de la zorra. Y se llegó el día que se casaba la cigüeña, y envitó a la
zorra a la boda. Y preparó también hormigos y los metió en una botija. Llegó la
zorra y la brindó a comer. Y la cigüeña metía el pico y sacaba los hormigos;
pero la zorra no podía meter la cabeza y se quedó sin comer.
Y va la cigüeña, no contenta con eso,
y dice:
-Me la has de pagar por segunda vez. Y
fue y la dijo a la zorra:
-Mira, zorrita, que mañana va a haber
una boda en el cielo, y yo te envito pa ir juntas las dos.
Pero, ¿cómo voy yo, que no tengo alas
pa subir? -le dijo la zorra.
-Muy fácil -le respondió la cigüeña.
Yo te llevo en mis alas.
Y fue y subió a la zorra en sus alas.
Y cuando ya estaba alto, muy alto, fue y pegó un sacudido con las alas, y la
pobre zorra cayó. Y cuando la zorra iba volando por el aire cayendo al suelo,
la gritó a la cigüeña:
-Si de ésta salgo y no muero, no
quiero más bodas en el cielo.
Reinosa,
Santander.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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