Un pescador fue a pescar
al río y, de repente, un grupo de monos se agolpó a su alrededor.
-¿Qué cebo usas para
pescar? -le preguntaron los monos.
-Tripa de mono -respondió
bromeando el pescador.
Pero los monos se
enfadaron mucho, se le echaron encima y lo molieron a palos. El pescador fingió
que estaba muerto y los monos, viendo que ya no se movía, gritaron:
-Ha muerto. ¿A qué
cementerio debemos llevarlo? ¿Al de oro, al de plata o al de los leprosos?
-Al de plata -dijo el
mono más viejo.
Así pues, llevaron al
pescador al cementerio de plata, lo metieron en una fosa de plata y se fueron.
Poco después, el pescador
salió de la fosa, se llenó de plata todos los bolsillos, volvió al pueblo y,
desde aquel día, vivió como un príncipe. Una vez, un vecino le preguntó qué
había hecho para enriquecerse. El pescador le contó todo y el vecino se fue
enseguida al río a pescar. Y aparecieron de nuevo los monos.
-¿Qué cebo usas para
pescar?
-Tripa de mono.
Los monos se enfadaron de
nuevo, se le echaron encima y lo molieron a palos. El vecino fingió que estaba
muerto y los monos preguntaron:
-Se ha muerto. ¿A qué
cementerio vamos a llevarlo? ¿Al de oro, al de plata o al de los leprosos?
-Al de los leprosos -dijo
el mono más viejo.
-Ah, no, eso sí que no,
llevadme al cementerio de oro -comenzó a gritar el vecino. O por lo menos al
de plata.
-Se ve que no le hemos
dado bastante -se asombraron los monos y volvieron a golpearlo hasta que se
murió de verdad.
Después lo enterraron en
el cementerio de los leprosos.
169. anonimo (vietnam)
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