Un hombre cruzaba el
bosque con una bolsa llena de lentejas. Iba a venderlas al mercado de la
ciudad. A mitad de camino se sentó bajo un árbol para retomar aliento. Dejó la
bolsa en el suelo, a su lado, y se durmió.
En la copa de aquel árbol
había un mono. Cuando vio que el hombre se había dormido, se deslizó hasta el
suelo, sacó de la bolsa un puñado de lentejas y volvió a trepar entre las
ramas. Allí comenzó a comerlas. Pero, al abrir la mano, dejó caer una lenteja.
Al mono le disgustaba perderla, aunque sólo fuese una. Por ello saltó hasta el
suelo a buscarla y, en ese momento, el hombre se despertó. Asus-tado, el mono
tiró todas las lentejas que llevaba en la mano y trepó al árbol con las manos
vacías. Así, por no perder una lenteja, el mono goloso las perdió todas.
166. anonimo (siria)
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