Una mosca se puso sus
mejores ropas y se fue a correr mundo. En el camino se encontró con un chacal.
-¿Adónde vas, mosca, tan
elegante? -preguntó el chacal.
-¿Adónde crees que voy?
-respondió la mosca. Voy a buscar marido, quiero casarme.
-¿Por qué no te casas
conmigo? -propuso el chacal.
-¿Por qué no? -dijo la
mosca. Pero antes debes cantarme algo. Quiero oírte cantar a ver si me gusta tu
voz.
El chacal cantó lo mejor
que pudo, pero a la mosca no le gustó.
-No, querido chacal, tú
aúllas, no cantas. No puedo casarme contigo -dijo la mosca y continuó su
camino.
Pasado un rato se
encontró con un perro.
-¿Adónde vas, mosca, tan
elegante? -preguntó el perro.
-¿Que adónde voy?
-respondió la mosca. Estoy buscando marido, quiero casarme.
-Cósate conmigo entonces
-dijo el perro.
-¿Por qué no? -repuso la
mosca. Pero antes debes cantarme algo. Quiero oírte cantar a ver si me gusta
tu voz.
El perro cantó lo mejor
que pudo, pero a la mosca no le gustó.
-No, querido perro, tú
ladras, no cantas, así que no podré casarme contigo -dijo la mosca y se fue.
El tercer encuentro fue
con un grillo.
-¿Adónde vas, mosca, tan
elegante? -preguntó el grillo.
-¿Que adónde voy? -repuso
la mosca. Estoy buscando marido, quiero casarme.
-Cásate conmigo entonces
-respondió el grillo.
-¿Por qué no? -replicó la
mosca-. Pero antes debes cantarme algo. Quiero oírte cantar a ver si me gusta
tu voz.
El grillo cantó lo mejor
que pudo y a la mosca le gustó.
-Sí, querido grillo,
cantas muy bien, me casaré de buena gana contigo -concluyó la mosca, y así el
grillo se convirtió en su marido.
Después de la boda,
construyeron un refugio con cortezas y trocitos de madera y en menos que canta
un gallo tuvieron un techo
Para comer algo, el
grillo fue a buscar un poco de harina. La mosca pensó que sería una buena idea
hacer pan casero y comenzó a cribar la harina. En un instante, acabó toda
blanca de la cabeza a los pies.
-Mi querida mosca -dijo
el grillo, tienes toda la cabeza blanca. Sacúdete un poco para quitarte la
harina de encima.
La mosca comenzó a
sacudir la cabeza y sacudió tanto tanto su cabeza que se le desprendió de su
cuerpo.
El grillo, ante aquel
espectáculo, comenzó a reír y se rió tanto tanto que acabó estallando. Y éste
fue el último matrimonio entre una mosca y un grillo.
Fuente: Gianni Rodari
109. anonimo (bereber)
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