Un día, un amo llevó a la
viña a su criada y a su peón. Ambos trabajaron duro durante toda la jornada y,
al anochecer, el amo dijo:
-Ahora cenaremos unos
racimos de uvas.
-Bien, ya es algo
-pensaron los dos pobretones, y comenzaron a comer lentamente, uva tras uva,
como hacen las personas bien educadas. El amo, en cambio, arrancaba las uvas lo
más deprisa que podía, se llenaba la boca y vaya uno a saber cómo hacía para
no atragantarse.
La muchacha y el peón no
habían acabado aún de comer el primer racimo cuando el amo pa estaba
completamente saciado. Se puso enseguida de pie y comenzó a empujar a sus
criados hacia la casa:
-¡Vamos, vamos, ya habéis
comido bastante! Ahora debemos volver a casa.
El peón y la criada protestaron:
-¡Aún no hemos comido lo
suficiente!
-¡Basta, se acabó, basta,
vámonos, debemos volver a casa! -insistía el amo.
Pero los dos criados aún
tenían hambre y dijeron que no volverían a casa, ni siquiera en el caso de que
lanzase al perro contra ellos.
-Ya veréis de qué soy
capaz -gritó el amo irritado y se fue solo a su casa. Una vez allí, desató al
perro y le dijo:
-¡Perro, perro fiel,
corre a la viña y muerde al peón y a la criada!
Pero el perro respondió:
-¡No, mi amo, no los
morderé!
El amo, fuera de sí,
cogió el bastón y ordenó:
-¡Bastón, fiel bastón,
golpea a este perro!
Pero el bastón respondió:
-¡No, mi amo, no lo
golpearé!
El amo, aún más furioso,
ordenó al fuego:
-¡Fuego, fuego fiel,
quema este bastón!
Pero el fuego respondió:
-¡No, mi amo, no lo
quemaré!
El amo, cada vez más
enfurecido, le dijo al agua:
-¡Agua, agua fiel, apaga
este fuego!
Pero el agua respondió:
-¡No, mi amo, no lo
apagaré!
El amo, aún más irritado,
les dijo a sus bueyes:
-¡Bueyes, fieles bueyes,
bebeos esta agua!
Pero los bueyes
respondieron:
-¡No, amo, no la
beberemos!
El amo, aún más
enfurecido, le dijo al matarife:
-¡Matarife, matarife
fiel, mata a estos bueyes!
Pero el matarife
respondió:
-¡No, mi amo, no los
mataré!
El amo, cada vez más
enfurecido, le dijo a la cuerda:
-¡Cuerda, cuerda fiel,
amarra a este matarife!
Pero la cuerda respondió:
-¡No, mi amo, no lo
amarraré!
El amo, aún más
enfurecido, le dijo al ratón:
-¡Ratón, ratón fiel, roe
esta cuerda!
Pero el ratón respondió:
-¡No, mi amo, no la roeré!
El amo se había
enfurecido tanto que estaba a punto de estallar de la rabia. Entonces le
ordenó al gato:
-¡Gato, gato fiel, cómete
a este ratón!
El gato se lanzó sobre el
ratón para comérselo, el ratón se asustó e intentó roer la cuerda, la cuerda se
asustó e intentó amarrar al matarife, el matarife se asustó e intentó matar a
los bueyes, los bueyes se asustaron e intentaron beber el agua, el agua se
asustó e intentó apagar el fuego, el fuego se asustó e intentó quemar el
bastón, el bastón se asustó e intentó golpear al perro, el perro se asustó y
corrió hacia la viña para morder a la criada y al peón que no querían volver a
casa.
Pero antes de que el
perro llegase a la viña, el peón y la criada se habían comido todas las uvas
que querían y ya volvían a casa saciados y satisfechos.
Fuente: Gianni Rodari
120. anonimo (francia)
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