Un gorrión voló hasta un
árbol. Mientras se posaba en la rama, se le clavó una astilla en la patita. El
gorrión acudió lamentándose al tahonero Alí:
-Tahonero, buen tahonero,
tu mesa estará colmada de pan, tu puchero estará lleno de carne si me quitas
esta astilla de la patita. Tengo que ir al colegio, pero volveré muy pronto.
El tahonero Alí extrajo
la astilla de la pata del gorrión y la puso en el horno. Pero más tarde,
mientras estaba haciendo la limpieza, se le cayó en el fuego y se quemó.
Cuando el gorrión volvió
del colegio, le dijo:
-Tahonero, buen tahonero,
devuélveme mi astilla.
El tahonero Alí
respondió:
-Es una pena, pero cuando
estaba haciendo la limpieza se me cayó en el fuego y se quemó.
El gorrión se mostró muy
disgustado y lo amenazó:
-Si quieres pelear,
pelearemos; si quieres gritar, gritaremos; te reventaré un ojo y tú me
reventarás un ojo a mí.
El tahonero Alí dijo:
-No estamos peleando, no
estamos gritando, no estamos reventándonos los ojos. A cambio de la astilla
te prepararé una buena hogaza.
El gorrión cogió la
hogaza, la llevó a la cabaña de una vieja y le dijo:
-Cuídeme, buena mujer,
esta hogaza, que debo ir al colegio, pero volveré muy pronto.
La vieja cogió la hogaza
y pretendía guardarla, pero exhalaba tal aroma, era tan tierna, tan
apetecible, que no pudo resistir la tenta-ción y se la comió.
Cuando el gorrión volvió
del colegio, le dijo:
-Buena mujer, devuélveme
la hogaza.
Y la vieja dijo:
-Es una pena, pero tu
hogaza exhalaba tal aroma, era tan tierna, tan apetecible, que no pude resistir
la tentación y me la comí.
El pájaro se mostró muy
disgustado y la amenazó:
-Si quieres pelear,
pelearemos; si quieres gritar, gritaremos; te reventaré un ojo y tú me
reventarás un ojo a mí.
La vieja dijo:
-No estamos peleando, no
estamos gritando, no estamos reventándonos los ojos. A cambio de tu hogaza te
daré un cabrito.
El gorrión cogió el
cabrito, lo llevó a la cabaña de su tía y dijo:
-Tita, buena tita,
cuídame este cabrito. Tengo que ir al colegio, pero volveré muy pronto.
Después se fue al
colegio. Cuando volvió, dijo:
-Tía, querida tía,
devuélveme mi cabrito.
Pero la tía respondió:
-Es una pena, pero se ha
casado nuestra hija y hemos matado el cabrito para el banquete de bodas.
Entonces el gorrión cogió
el tambor y los palillos, voló hasta el tejado y comenzó a cantar, acompañado
por redobles de tambor:
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
y con las uñas un bastón
ha fabricado.
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
y con los ojos un espejo
ha fabricado.
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
con las orejas una
cuchara ha fabricado.
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
y con su cola una escoba
ha fabricado.
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
y con su piel una
alfombra ha fabricado.
Con mi cabrito mi tía a
su hija ha casado,
y a su sobrino ni
siquiera lo ha invitado.
Y el pobre gorrión,
triste por tanta ingratitud, saltó desde el tejado y se rompió el hueso del
pescuezo.
084. anonimo (persia)
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