Una niña dormía con su
ventana abierta en las noches calientes. Por la ventana entraba el perfume de
un bosque cercano. Y en el bosque vivían unas hadas.
Las hadas volaban junto a la
ventana de la niña dormida y soltaban un polvo mágico que producía sueños
dulces y bellos a la niña.
En el bosque había un hongo
que era amigo de todos pero cansaba a las flores, a las hadas y a los
animalitos, de tanto decir tonterías y mentiras.
Como si fuera poco le
gustaban las charlas pesadas. Y soltaba un polvillo mágico que producía efectos
raros. Aspirar este polvo daba pesadillas.
Una noche el viento llevó
polvo del hongo hasta la niña y esta tuvo una pesadillita que dañó los sueños
hermosos que enviaban las hadas.
Una tarde las haditas estaban
dormidas dentro de las flores. Y el hongo necio decidió jugarles una broma
pesada. Entonces mandó unas moscas amigas a echarles polvo de hongo encima a
las haditas.
El hongo tonto creyó que las
hadas iban a tener y a repartir pesadillas. Pero un hada es un ser muy tierno y
maravilloso y a prueba de malos sueños.
Sin embargo algo sucedió y
cuando las hadas se levantaron al ocultarse el sol se pusieron a bailar. No los
bailes suaves y lentos de las hadas, sino que era un baile frenético, acelerado
y loco.
Y se olvidaron de su trabajo
de repartir bellos sueños y cuidar de la naturaleza en la noche. Todas bailaban
a la luz de la luna y ellas mismas daban lucecita.
Y las haditas brincaban y
pateaban encima del hongo mentiroso causándole mucha incomodidad, y sin oír
peticiones de este para que se bajaran.
Esa noche la niña durmió sin
sueños, ni pesadillas. Pero se despertó antes de salir el sol y miró por su
ventana. La niña vió unas pequeñas luces que giraban y giraban dentro de las
matas y arbustos del bosque.
¿Serán luciérnagas? -pensó la
niña.
¿O serán haditas? -se
preguntó después. ¿Quién me dijo que las haditas dan luz? O fue que lo soñé?...
999. Anonimo
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