Había
un hombre que tenía tres hijos: Juan, Pedro y Antonio. Antonio era
el más chico y era el más guapo. Tenían una chacra. Todas las
noches le entraban tre caballo en la chacra y le comían todo: un
zaino, un rosillo y un tordillo.
Y
todas las noches le mandaba el padre a los dos hermanos más grandes
a cuidar, que no le coman lo caballo.
Los
hermano má grande se dormía y lo caballo le entraba y le comía la
planta. Entonce le mandó a Antonio.
Entonce
el menor le dijo que él iba, si le compraba una guitarra, un sillón
y unos alfileres y un lazo, que él se animaba a cuidar. Y el padre
le compró, y él jue a la noche a cuidar.
Se
sentó el Antonio debajo del ombú que había por ahí. Y se puso
alfilere y tocaba la guitarra cuando tenía sueño. Y así no se
durmió.
Por
ahí, a la madrugada, el tordillo que sale de un arroyo que viene
hacia la chacra. Y él costeó el alambrado. Y cuando saltó el
caballo él lo enlazó. Y le ató por el ombú. Y el caballo le pedía
que le largue, que él le iba a dar un poder. Entonce él le largó y
le dio una varita de virtú, y le dijo que con esa varita él
conseguía todo lo que él quería.
Y
después vino el zaino. Y él hizo lo mismo, y le enlazó y le ató
por el ombú. Y el zaino le dijo que lo largara, que le va a dar otra
varita. Y él le largó, y el zaino le dio otra varita de virtú.
Después
vino el rosillo. Y le preguntó si vinieron los otros, y él le dijo
que no. Él también le pidió que lo largue, le dio otra varita, y
le dijo que al otro día iba a amanecer todo brotado, todo lo que
habían comido los caballos en la chacra.
Entonce
jueron a mirá y vio que 'taba todo brotado y con flor. Y se quedaron
sosprendido. Y entonce el padre vino malo con los otro do hijo. Y lo
echó de su casa. Que vayen a trabajar a otro lao. Y lo hermano se
jueron. Y ello no le querían al menor. Y lo hermano se jueron, y
quedó el Antonio.
Entonce,
cuando llegó, le agarraron y le sacaron lo ojos. Y él quedó
perdido, por la mano la rienda del caballo de él. Y él se acordó
que tenía el poder que le dio el caballo. Entonce él dijo:
En
seguida vio que tenía lo ojo. Y él subió a caballo y le siguió a
lo hermano. Y le alcanzó. Y ello vieron lo hermano, que venía el
Antonio.
Entonce
le dejaron que vaya con ellos. Y ello llegaron a una casa. Y dijeron
que Antonio era el peón de ellos. Y ellos entraron a tomar mate. Y
él quedó abajo de un árbol. Estaba lloviendo. Por ahí la vieja,
la dueña de casa, le estaba por matar a Juan y a Pedro. Y Antonio
estaba sabiendo todo lo que iba a pasar. El sabía con el poder que
le dieron lo caballo.
Cuando
vio que la vieja bruja 'taba por llegar para matale, Antonio, con el
poder que tenía, se hizo transformar lo caballo en montón de bosta.
Ellos subieron a un árbol alto, que 'taba en el camino. Y Antonio le
dijo a lo hermano que no vaye a mirar cuando la vieja le llame por el
nombre, porque iban a caer, y la vieja le iba a matar.
Y
le llamó a Antonio, y Antonio no miró. Y entonce la vieja le dijo:
Y
ahí le ató la boca a la bolsa y le largó a lo hermano. Y le mandó
a juntar leña y que hagan juego. Y le quemaron a la vieja. Y así se
salvaron de la bruja por el poder que le dieron a Antonio, lo
caballo, que eran ángeles.
Cuento
941. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) – 069
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