Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

jueves, 5 de febrero de 2015

Juan pascual .844

Resulta qui había una mujer muy linda, pero muy pobre. Ésta era viuda y tenía un hijo mozo, muy guapo y muy lindo también. Se llamaba Juan Pascual.
La madre del muchacho si había templau con un gigante, que era dueño di una güerta que tenía muy mucha fruta rica, que no comía más que él.
Güeno, este, resulta que tanto la madre como el gigante, le tenían una rabia muy grande a Juan Pascual. Lo querían matar pa que no se oponga a sus amores, claro.
La madre ya cuasi no le daba ni de comer al muchacho y lo tenía trabajando no más. Lu hacía hacer trabajos muy pesados. Lu hacía alzar unas piedras bárbaras de grande, a ver si se moría, el muchacho. Pero el muchacho era muy juerte y curtíu, y ni un pelo que se le movía. Cuando lo vían con esta juerza, le tenían miedo.
Cuando la madre y el gigante vieron que este muchacho iba a ser un peligro para ellos y que no lo podían hacer morir así no más, este, empezaron a buscar por la traición, cómo lu hacían cair.
Güeno, resulta que Juan Pascual tenía tres perros muy lindos que se llamaban el Cuidatuamo, el Cortacadena y el Cortafierro. Estos perros lo defendían al muchacho de todas maneras y eran capaces, por la juerza que tenían, de romper fierros, piedras, todo los que se les pusiera por delante.
Una vez, la mujer y el gigante ataron a los perros con cadenas muy gruesas. Lu hicieron cair a Juan Pascual en una trampa, y le empezó a pegar el gigante y a herirlo con una espada. Cuando ya quedó como muerto, lo echaron a un pozo.
Cuando los perros vieron que no 'taba Juan Pascual, pegaron una hinchada y cortaron las cadenas, y se jueron a buscarlo. Se jueron olfatiando hasta el pozo ande 'taba Juan Pascual. Áhi lu encontraron muy aporríau, casi finau, pero como era tan juerte nu había muerto nada. Lo empezaron a lamber, ¡hijito de mi alma!, por todas partes; le lambían los tajos que tenía por todo el cuerpo hasta que lo dejaron sanito al muchacho.
Ya se levantó Juan Pascual, y como tenía tanto hambre se entró a comer fruta en la güerta del gigante. Había un peral muy lindo cargau hasta el copete de peras di agua y en ése se subió. Cuando 'taba en lo mejor comiendo, siente un remezón en el árbol, y cuando mira pa abajo, ve que 'taba el gigante parau, y le dice:
-¿Quí andás haciendo gusanillo 'e la tierra en propiedá ajena? ¡Aguá verás! ¿No sabís que éste es el árbol de la serpiente de siete cabezas, que ya viene a comerte?
Dicho y hecho, la serpiente venía voltiando árboles, hasta que llegó al peral de Juan Pascual y le puso un colazo al árbol y, ¡hijito de mi alma!, de espaldas cayó Juan Pascual y también cayó el árbol. Juan Pascual se encomendó a la Virgen. Entonce la serpiente le acomodó a Juan Pascual un chirlo como jugando, y lu hizo andar como diez metros en el aire. Entonce Juan Pascual, contandosé cuasi muerto, si acordó de los perros y los gritó con todas sus juerzas:
-¡Cuidatuamo! ¡Cortacadena! ¡Cortafierro!
Cuando quiso acordar, los perros 'taban a su lau. Entós les dijo:
-Jueguen con ese animal.
Los perros, diciendo y haciendo, lu atropellaron al bicho, y tarascón di aquí y tarascón di allá, le cortaron seis cabezas, y el bicho no se daba por rendíu. En eso 'taban cuando el Cuidatuamo me le pegó una agarrada en forma y le cortó la última cabeza. Entós la serpiente cayó muerta pa siempre. Entós se dejó venir el gigante echando espuma por la boca. Juan Pascual le arrimó los perros y lo saltaron, ¡hijito 'e mi alma!, y lo estiraron lueguito. Y di áhi este Juan Pascual se jue con los perros y la trajo a la madre y la mataron también los perros. Lo había traicionado y lu había preferíu al gigante. Hizo una parva con la madre, el gigante y la serpiente, y les prendió fuego.

Y pasa por un zapatito roto
pa que usté me cuente otro.

Braulio Aballay, 70 años. Pampa Vieja. Jáchal. San Juan, 1940.

Campesino. Aprendió el cuento de viejos comarcanos. El cuento mantiene el motivo de la serpiente de siete cabezas, pero es una variante del cuento fundamental.

Cuento 844. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


0.015.1 anonimo (argentina) - 069

No hay comentarios:

Publicar un comentario