La
princesa que rompía de noche siete pares de zapatos
Había
una vez un matrimonio viejito, viejitos eran. Tenían tres hijos. Uno
se llamaba Pedro, el otro Juan y el menor Diego. Entonce eran muy
pobres, y un día le dijo Pedro al padre si él podría salir a
trabajar. Y el padre le dijo que sí, que saliera.
Y
viajó... Y llegó a la casa de una abuelita viejita, viejita era.
Llegó a pedir alojo, si le daba permiso para dormir. Y la viejita le
dijo que sí, que cómo no, que le daba alojo.
Y
comieron. Entonce el muchacho le pregunta a la abuelita si sabe ella
de algún trabajo. Y la abuelita le dice que sí, que juera a la casa
del Rey, que el Rey le iba a dar trabajo. De que el Rey le iba a dar
trabajo que le vigilara una hija que salía de noche y gastaba siete
pares de zapatos, y no sabían dónde se iba. Que sabían que se iba
a bailar, pero lo que no sabían dónde iba.
El
Rey le dijo al muchacho que él temía un trabajo y que le iba a
decir las condiciones. Que él tenía una hija que todas las noches
se iba a bailar y gastaba siete pares de zapatos. Que si él
descubría dónde iba, se la daba para que se case con ella y si no,
le sacaba el cuero y lo empaderaba. Él dijo que bueno.
Bueno,
ya le presentó el muchacho a la hija. La hija envitó al muchacho a
cenar, y, cuando terminaron de cenar, le dio una copa de vino, que
durmiera. Y al rato, el muchacho quedó durmiendo sin saber nada. Y
ella se revolcó en unos chuicos, unos barros donde se revuelcan los
patos. Y se volvió pata, y se fue. Y dijo cuando empezó a volar:
Y
Flor de Lipa se fue a donde bailaban los diablos. Y áhi bailaba toda
la noche y gastaba siete pares de zapatos. Y áhi cenaban bichos,
culebras, sapos, arañas, esos bichos feos. Y todo tiraban abajo 'e
la mesa, los güesos, y todo. Bueno... Y después, tarde 'e la noche,
al canto 'e los gallos, ella se venía. Y llegaba a la casa, y el
joven que la cuidaba 'taba durmiendo.
Y
llegó ella y le dice al padre que el joven 'taba durmiendo. Entonce
el Rey lo descueró vivo y lo puso en la pader, lo empaderó.
Y
bueno... Ya hacía mucho tiempo que no volvía el hijo mayor y los
viejitos 'taba preocupados. Entonce el otro hermano dice que va a
salir a ver el hermano y al mismo tiempo si encuentra trabajo se va a
quedar a trabajar junto con él. Entonce se vino Juan. Viajó también
Juan y se vino a la misma casa de la abuelita a pedir alojo, lo mismo
que hizo el otro. Y la abuelita le da alojo.
Después
comenzaron las preguntas, si sabe del hermano ella. Y la viejita le
dice que se jue a la casa del Rey a pedir trabajo. Y áhi le esplica
la viejita cómo era ese trabajo. Y él se jue al otro día a la casa
del Rey.
Y
Flor de Lipa lo invita a cenar y le da en la comida una copa de vino
de durmidera. Y el joven se duerme. Y se va Flor de Lipa. Lo deja
durmiendo, y se va. Y dice:
Y
se fue a donde bailaba. Bailó toda la noche. Rompió siete pares de
zapatos, y al canto 'e los gallos se vino.
Y
entonce le dijo al padre que el lechón
había quedado durmiendo. Y el Rey se vino, le sacó el cuero y lo
puso en la pader -ése era el trato.
Y
como los hermanos mayores no volvían, salió el menor, Diego, a ver
qué pasaba y a buscar trabajo.
Y
Diego pasó donde la abuelita a pedirle alojo. La abuela le dio
alojo. Él le preguntó por los hermanos y la abuelita le dijo que
habían ido a buscar trabajo a la casa del Rey. Cuando era la hora de
cenar le dice si quería rezar o cenar primero, y él le contesta:
Entonce
rezaron primero y despué cenaron. Y entonce la abuelita le dijo que
los hermanos se habían ido donde el Rey y que el Rey daba ese
trabajo, y que los hermanos estaban empaderados porque se habían
dormido. Y entonce le dio un consejo. Le dijo que juera y le hiciera
el trato al Rey. Que Flor de Lipa lo iba a envitar a cenar y que le
iba a dar una copa de vino. Que no lo tomara. Que hiciera como si lo
tomaba y se lo echara por el cuello, por abajo, por acá, para que se
cayera al suelo. Y que se botara al suelo como durmiendo. Y que
mirara a Flor de Lipa lo que hiciera y que él hiciera todo, todo lo
mismo que ella hacía.
Y
él jue donde el Rey. Y el Rey le dijo que si él descubría donde
iba la Princesa se casaba con ella y si no le sacaba el cuero y lo
empaderaba. Y él aceptó.
Flor
de Lipa lo invitó a cenar y le dio la copa de vino con durmi-dera.
Él hizo como le dijo la abuelita.
Cuando
Flor de Lipa lo vio dormido se jue atrás de los yuyos, en los
chuicos. Él se jue atrás de ella. Flor de Lipa se revolcó en los
chuicos y dijo:
El
joven se revolcó también en los chuico y se convirtió en un pato y
echó a volar atrás de la pata, pero a la distancia, así no lo vía
ella.
Flor
de Lipa pasó por el Río de Mar de Plata, y dijo:
Y
ella se sosprendió otra vez porque miraba y no vía nada, y el joven
que la cuidaba había quedado durmiendo.
Flor
de Lipa llegó al baile y se puso a bailar y despué jue a cenar. Y
el muchacho se fue y se puso detrás de la mesa, escondido. Y llevó
unas maletas y puso todos los güesos de la cena en la maleta, y puso
también los siete pares de zapatos que Flor de Lipa iba rompiendo en
el baile.
Ella
no sabía qué pensar porque no vía a nadie. Llegaron a la casa del
Rey. Se revolcaron en los chuicos y se hicieron cristianos otra vez.
Entonce
el joven le contó al Rey donde iba Flor de Lipa, y que bailaba y
cenaba con los diablos, y le hizo ver los güesos y los zapatos
rotos. Flor de Lipa dijo que todo era cierto. Entonce el Rey le dijo
que se casaba con la hija de él, con la Princesa. Entonce el joven
le dijo que si le hace sacar los hermanos que 'taban empaderados y
despué le hace sacar todos los chuicos
que 'taban áhi, que se casaba con su hija, mientras de eso, no. El
Rey le dice que sí, que le sacaba los hermanos y los barros esos que
tenía Flor de Lipa.
Se
casa el joven con Flor de Lipa y va y busca a los padres y los trae a
la casa de él. Y todos viven juntos, y la señora y los hermanos, y
todo. Y se acabó el cuento.
Yolanda
del Carmen Parada, 24 años. Chos Malal. Neuquén, 1960.
Aprendió
el cuento del padre, Victoriano Parada de 56 años, de El Cholar,
Neuquén.
Cuento
869. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 069
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