El
zorro ha ido a la casa del gato, y lo ha invitau el gato con un queso
muy rico y otras comidas.
-¿De
dónde saca esta comida tan rica, compadre? Eran compadres, en aquel
tiempo, el zorro y el gato.
-No,
compadre, los perros lo van a olfatiar, usté sabe que lo conocen muy
bien y los van a matar a los dos. Usté es muy peligroso.
-No
se priocupe, compadre, yo me sé defender y corro muy ligero y con
mañas pa que no mi agarren. Llevemé no más y no tenga cuidau.
El
gato li ha hecho caso al zorro y han ido a la despensa di una casa de
ricos. Que la despensa tenía toda clase de comida y en gran
abundancia. Tenía un aujero chico por donde entraba el gato. Por áhi
tenían que entrar. El gato entró con facilidá. El zorro se tuvo
que estirar un poco pero entró bien. Y han empezau a comer. El gato
comía poco y salía a cada momento por el aujero para ajuera.
El zorro le preguntó por qué salía.
El
zorro que tenía mucho hambre comía y comía y también tomaba mucho
vino. Y ya se puso machadito y quería cantar.
El
zorro machau y contento como taba con la panza llena largó un canto
bien juerte. Lo oyeron los perros y corrieron a la despensa. El gato
salió como una flecha por el aujero. El zorro también quiso salir,
pero como taba con la panza tan hinchada se quedó encajau y los
perros lo mataron. Y así se murió el zorro que se cree tan vivo y
pierde la cabeza.
Santiago
Vargas, 28 años. El Cucho. Capital. Jujuy, 1957.
Peón
hachero.
Cuento
441. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
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