359. Cuento popular castellano
Había una vez tres hermanos que se les
murieron los padres y les quedó una herencia bastante pequeña. Uno de los
hermanos era tonto de remate, y los otros dos le dijeron que sólo le tocaba una
vaca. Y queriendo apropiársela también, le dijeron:
-Pues na; danos la vaca y nosotros te
mantendremos.
-¡Ca; que me engañáis! -contestó el tonto.
Será mejor que yo la venda y os pague en dinero.
Y dijeron los otros:
-Pues bien; haz lo que quieras.
Y entonces cogió el tonto a la vaca y se la
llevó pa la feria. Y por el camino, al pararse al pie de un roble, oyó el
murmullo del viento entre las ramas. Y creyendo que el roble le preguntaba
cuánto quería por la vaca, le dijo:
-Seiscientas pesetas.
Y otra vez se sintió el viento entre las
ramas y entonces el tonto saltó y dijo:
-¡Ah, dices que no tienes dinero! Pos na,
hombre, ¡ya me lo pagarás!
Y fue y amarró la vacaa al roble y se marchó
pa casa. Y le dijeron los hermanos:
-¿Qué? ¿Cuánto te dieron por la vaca? Y dice
el tonto:
-Pues, seiscientas pesetas.
-¡A verlas! -le dicen.
Y entonces dijo el tonto:
-No me las han dao, porque se la he dejao
flada.
Y entonces le dijeron los hermanos:
-¡Ay, tonto, tonto! ¡Qué tonto eres! ¿No
comprendes que nunca te la pagarán?
-¿Cómo que no? -dice el tonto. En cuanto se
lo pida.
Y le dijeron entonces sus hermanos:
-Pues, anda; vete y pídeselo.
Y fue el tonto al pie del roble y le dice:
-¡Dame las seiscientas pesetas!
Pero el roble nada decía. Y le dice otra vez:
-Pero, ¿es que no me vas a pagar?
Y el roble callao. Claro, como no hacía
viento, el tonto no sentía nada. Conque le dice:
-¡O me pagas o te denuncio!
Y las ramas del roble calladas -como no hacía
viento. El tonto le parecía que el roble no hablaba por no querer pagarle, y
volvió otra vez a casa. Y le dijeron sus hermanos:
-Ahora ya traerás las pesetas.
-Pues, no -dijo el tonto; no me ha dao nada.
Y entonces los hermanos, por el temor de
perder la vaca o el dinero, le preguntaron, furiosos:
-Bueno, a ver quién es ése a quien vendistes
la vaca. Y dice el tonto:
-Pues un roble que está a la orilla del
camino, que el día que se la vendí, me daba muy buenas palabras; pero ahora,
aunque le hablo, no me quiere contestar.
Y le dicen los hermanos:
-Pero, ¡so animal! ¿Cómo es posible que se la
hayas vendido
a un roble? ¡Lo que es que ahora te quedastes
sin vaca!
Y entonces el tonto afiló un hacha bien
afilada y dijo:
-Ahora voy y le mato.
Y marchó pa allá y cuando llegó, le dice al
roble:
-Por última vez te digo que o me pagas la
vaca o ¿qué es lo que piensas?
Y como no hacía viento, pues el roble callao.
Y va y le dice otra vez:
-¡Ahora no sirven contemplaciones! ¡O me
pagas la vaca o te mato!
Y el roble callao. Entonces el tonto levanta
el hacha y¡plin! ¡plan! ¡plin! ¡plan!, se enredó a dar hachazos al roble. Y a
los pocos hachazos se dio cuenta de que el roble estaba hueco y estaba lleno
de monedas de oro. Y le dice:
-¡Ah, ladrón! ¿No decías que ya me pagarías
la vaca? ¿No decías que ahora no tenías dinero y estás lleno de ello? Pues
ahora perdistes la vida y todo el dinero, porque ahora se lo digo a mis
hermanos, que me ayuden a llevarlo todo a casa.
Y se llenó los bolsos y cuando llegó a casa,
les dice a sus hermanos:
-Acabo de cometer un crimen. El roble no me
quiso pagar y fui y le maté.
-¡Ah, animal! -le dicen los hermanos. ¿Cómo
vas a matar a un roble?
-Pues le maté -dice el tonto- y estaba lleno
de dinero. Y si no, mirarme los bolsillos.
Y les enseñó una porción de monedas de oro
que traía, y entonces los hermanos le dijeron:
-¡Ah, hermano querido, dinos dónde -está el
roble muerto! Y dijo él:
-Pero hay que llevar un carro para traer todo
el dinero.
Y marcharon con el carro y llegaron allí y
empezaron a cargarle. Y le dijeron al tonto:
-De esto no hay que decir ni una palabra a
nadie, porque si lo sabe alguno, nos lo van a quitar. Y decía el tonto:
No lo digo, no, que esto es pa nosotros, pa
comer muchas patatas y muchos fréjoles y hartarnos de cosas güenas.
Bueno; conque iban por el camino y se
encuentran al sacristán del pueblo y les dice:
-¿Qué lleváis en ese carro que tantos sacos
llenos lleváis? Y le dice el tonto:
-Pues, mira; onde tú lo ves, es dinero. Y son
monedas de oro. Y dijeron los hermanos:
-¡No hagas caso, que son patatas! Y ya salta
el tonto y dice:
-¡Di que no, que todos son monedas de oro!
-¡No le hagas caso, que está tonto de remate
éste! -decían los hermanos.
Y dice otra vez el tonto:
-¡Di que no; que lo que quieren ellos es que
no se sepa que llevamos tanto dinero!
Y entonces los hermanos, temiendo -que el
sacristán lo contara y el dueño del tesoro lo reclamase, levantaron el hacha y ¡pin!, le mataron y le metieron en una cueva. Y después se marcharon tranquilos
para casa.
Llega la hora del rosario y que el sacristán
no aparece. Hasta que salta el tonto y dice:
-Al sacristán le mataron los mis hermanos.
-¡Ca! ¡No pue ser! -le contestaron.
-¡Que sí! ¡Que sí! -decía el tonto. Y si no,
venir conmigo, que yo os enseño dónde está el sacristán.
Y los hermanos, que lo oyeron, fueron
corriendo y sacaron al sacristán de la cueva y le enterraron en otro sitio y
metieron en su lugar en la cueva a un chivo barbudo y negro. Y cuando el tonto
llegó con todo el pueblo para ver el crimen, le dijeron:
-Bueno; saca al sacristán.
Y entra el tonto en la cueva y dice:
-¿Cómo era el vuestro sacristán? ¿Moreno?
-¡Sí, sí! -decían todos.
-¿Tenía barbas?
-¡Sí, sí!
-¡Pues, si tenía cuernos, allá va! -dijo el
tonto y les tiró a la puerta de la cueva un chivo sarnoso.
Y entonces comprendieron que verdaderamente
el tonto era más tonto de lo que hasta entonces creían que era.
Entonces los hermanos decidieron marcharse
del pueblo a vivir a la ciudaz, y allí hicieron gran vida de señorones y
fueron muy felices, y el tonto siguió tan tonto como siempre. Pero como vestía
bien y le daban de comer cosas buenas, aunque viera lo que viera y pensara lo
que pensara, en medio de su tontería decidió de no ocuparse más que de llenar
la barriga.
Frama
(Potes), Santander. Juan
José Orga Díaz.
25
de mayo, 1936. Maestro
calzador, 31 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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