220. Cuento popular castellano
Éste era un pastorcito que vivía con su madre
y era un poco tonto. Y la reina echó bando diciendo que el que sabía acertijos
que fuese a palacio y el que la dijera un acertijo que ella no pudiese
acertar, que se casaba con él. Y entonces el chico aquel dijo a su madre que,
él iba a decir un acertijo a la reina. Y su madre decía:
-Pero, ¿adónde vas a ir tú, tonto, con lo
tonto que eres? Tos se van a reír de ti.
Y él dijo que sí, que él se iba; que le haría
una torta para llevar. Y su madre se la hizo; pero la hizo envenenada.
Se marchó el pastorcito de casa con una burra
que tenía, que se llamaba Panza. Y en el camino la echó un pedazo de torta a su
burra, y se reventó. Y fueron tres grajos a comer de ella y reventaron
también, y los cogió. Y andando, se tropezó con una cueva de ladrones. Algunos
de ellos le querían matar; pero otros decían que no, porque traía carne para
cenar. Y todos cenaron, y él no quiso cenar y reventaron todos.
Cogió el dinero que tenían y una escopeta y
se puso en camino. Iba por un monte y se le disparó la escopeta y mató una liebre.
Se llegó por una iglesia que había y quemó el misal y el atril y asó la liebre.
Ya pasó por un puente, y debajo del puente
estaba el río y debajo del río las ranas cantando.
Y ya llegó a palacio. Llamó y le mandaron
subir. Decía que él iba a decir un acertijo a la reina, y ella le mandó que lo
dijese. Y empezó a decirla:
-Torta mató a Panza; Panza mató a tres; tres
mataron a siete. Fui por un monte; maté lo que no vi; fui a una iglesia; comí
carne en letra de Dios consagrada. Fui por un duro; debar jo del duro había un
blando y debajo del blando muchos sacristanes cantando. ¿Qué cosita es?
La reina se puso a cavilar. Le dijo muchos
casos, y no era lo que él decía. Y él la decía:
-¡Ya eres mía, reina! ¡Ya eres mía!
-Pero, hombre, aguárdese, que estoy cavilando
a ver.
-¡Que no aciertas, que eres mía!
-Pues, mira, vuelves mañana, que esta noche
ya pensaré a ver si acierto lo que me has dicho.
Decían los pajes:
-Pero, por Dios, ¿cómo se va usted a casar
con ese tonto? Ya le puede usted dar dinero para que se marche a su casa. Y al
día siguiente volvió.
-¿Qué, has acertao ya, reina? ¿Has acertao
ya?... Ya eres mía, ya eres mía, que no aciertas.
Ya le dio no sé cuanto. Y le dijo que la
diese un término de un año para acertar, y que se marchara a su casa. Y llegó a
su casa muy contento, diciendo a su madre:
-¿Ve usted, madre? ¿Ve usted, madre, cómo he
traído mucho dinero y me casaré con la reina?
Y colorín colorao, este cuento se ha acabao.
Peñaranda
de Duero, Burgos. Priscila
Pastor. 18
de julio, 1936. 64
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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