281. Cuento popular castellano
Había un ojaranco en un monte, donde tenía su
casa. Y tenía una piara de carneros que los guardaba él. Y todos los que pasaban
y le pedían albergue, les mataba.
Y llegó una noche un chico joven y le pidió
albergue. Le admitió el ojaranco; y cuando ya iba a matar al chico, éste,
viéndose perdido, le dio con una navaja en el ojo. Pero el ojaranco se puso a
la puerta y dijo:
-¡Todo el que ha entrado aquí, no ha salido!
Al día siguiente el ojaranco a soltar su
ganao. Y como no vía, no se quitaba de la puerta. Y el muchacho joven mató un
carnero, se puso el pellejo encima de sus costillas. Y el ojaranco, al pasar
los carneros, los iba tentando y decía:
-Éste no es, que tiene lana. Éste no es, que
tiene lana.
Y pasó el muchacho. Y al verse libre, le dijo
en voz alta:
-¡Ojaranco vil, a muchos matastes, pero no a
mí!
Navas
de Oro, Segovia. Petronilo Bartolomé Redondo.
8
de abril, 1936. 74 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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