Un Rey muy listo quería un buen marido para su hija. Decidió criar un
piojo, hacerse un gorro con su piel y prometer la mano de la Princesa sólo al
que adivinase de qué material era aquel gorro. Se presentaron muchos
pretendientes, pero nadie supo acertarlo, y la bella Princesa seguía sin
marido.
Un día apareció en Palacio un mendigo que era un joven muy listo, y el Rey
le hizo la pregunta:
‑A ver, ¿de qué está hecho mi gorro? Entonces el joven sintió una fuerte
picadura en sus carnes y dijo:
‑¡Vaya piojo más gordo!
El Rey, asombradísimo, exclamó:
‑¡Tú serás el marido de mi hija! Y así fue. Y el joven mendigo, que
efectivamente era muy listo, se casó con ella y ambos fueron muy felices.
999. Anonimo,
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