Los tres cerditos tenían graves problemas: uno era muy debilucho, el otro
era cobarde y el tercero decía que era tonto.
Decidieron ir a ver a un hada que vivía en un gran bosque.
Cuando estuvieron ante ella, le dijeron:
‑Yo quiero sabiduría.
‑Y yo, un poco de valor ‑repuso el segundo cerdito.
‑Y yo, algo más de fuerza, pues soy muy enclenque ‑dijo el otro.
‑A ver ‑contestó el hada‑. Con esas tres cualidades, seríais casi
perfectos, ¿no es cierto?
‑¡Claro que sí! ‑exclamaron los tres cerditos.
‑Pues tenéis la solución en vosotros mismos ‑dijo el hada‑.
Si permanecéis juntos y no os separáis nunca, tendréis fuerza, sabiduría y
valor. Lo que le falta a uno, el otro puede ponerlo.
Y los tres cerditos se despidieron del hada tan contentos, dispuestos a no
separarse jamás.
999. Anonimo,
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