Paseaban dos amigos por el campo
cuando descubrieron una nuez sobre la hierba y ambos, a un tiempo, quisieron
comérsela.
-¡La he visto yo primero! -dijo
Juan.
-¡Es mía porque yo la tomé antes! -contestó Pedro.
-¡Es mía porque yo la tomé antes! -contestó Pedro.
La discusión se elevó de tono y
otro amigo fuerte y robusto que escuchó de lejos la discusión se acercó,
separándolos cuando ya llegaban a las manos. Escuchó lo que tenían que decirle,
reflexionó y dijo:
-Esta mitad de la cáscara debe ser
para ti, Juan, por haberla visto primero. Esta otra te corresponde a ti,
Pedro, porque la recogiste antes. Y en cuanto al contenido de la nuez, me lo como yo, por
mediar en el juicio.
El grandullón se marchó riendo,
dejando chasqueados a ambos amigos. Demasiado tarde comprendieron que los
problemas sólo los resuelve la buena voluntad.
999. Anonimo,
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