Había una vez una
viejecita chiquita chiquita chiquí, que vivía en una casita chiquita chiquita
chiquí, en un pueblo chiquito chiquito chiquí. Un día la viejecita se puso un
sombrerito chiquito chiquito chiquí en su cabecita chiquita chiquita chiquí y
salió a dar un paseíto chiquito chiquito chiquí. Brincando por una callecita
chiquita chiquita chiquí, la viejecita llegó a una verjita chiquita chiquita
chiquí y detrás de la verjita, en un senderito chiquito chiquito chiquí había
un huesillo chiquillo chiquillo chiquí. La viejecita traspuso la verjita, cogió
el huesillo y pensó: «Con este huesillo podré hacerme un caldito chiquito
chiquito chiquí» .
La viejita guardó el
huesillo en el bolsillito chiquito chiquito chiquí de su abriguito chiquito
chiquito chiquí y volvió brincando a su casita.
Una vez en su casita,
como estaba un poquito cansadita puso el huesillo en una repisita chiquita
chiquita chiquí y se acostó en la cama chiquita chiquita chiquí. Acababa de
dormirse cuando, desde la repisita, se oyó una vocecita chiquita chiquita
chiquí que decía:
-Devuélveme mi hueso.
La viejecita se asustó un
poquito, se tapó su cabecita con la mantita chiquita chiquita chiquí y se
volvió a dormir. Pero en un minutito la vocecita se hizo oír un poquito más
altita y dijo:
-Devuélveme mi hueso.
La viejecita se asustó un
poquito más aún y por eso escondió aún más la cabecita bajo la mantita y se
volvió a dormir. Pero pasado un momentito, se hizo oír la vocecita de la
repisita un poquito más altita aún y gritó:
-Devuélveme mi hueso.
La viejecita se asustó
otro poquito más, asomó su cabecita fuera de la mantita y gritó con todas sus
fuerzas chiquitas chiquitas chiquí:
-Cógelo tú, a la una, a
las dos y a las tres. ¿O no lo ves?
039. anonimo (inglaterra)
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