El viejo gato Gruñón
paseaba por la orilla del río cuando vio, en medio de unos arbustos, al
colirroj o Arturito.
-¿Adónde vas, adónde vas,
colirrojo Arturito? -preguntó el viejo gato Gruñón.
-A ver a su majestad el
rey. Quiero desearle buenos días con una hermosa canción -dijo el pequeño
colirrojo Arturito.
-Ven aquí, acércate,
colirroj o Arturito -dijo el viejo gato Gruñón. Quiero que veas el círculo
blanco que tengo en el cuello.
-No, no iré, gato Gruñón,
no me acercaré -respondió el colirrojo Arturito. Cómete a un ratón pero no te
metas conmigo.
Y el pequeño colirrojo
Arturito se marchó deprisa deprisa. Voló, siguió volando, llegó a un viejo
seto, y en el viejo seto estaba posado el viejo gavilán Comelotodo.
-¿Adónde vas, adónde vas,
colirrojo Arturito? -preguntó el viejo gavilán.
-A ver a su majestad el
rey. Quiero desearle buenos días con una hermosa canción -respondió el pequeño
colirrojo Arturito.
-Ven aquí, acércate,
colirrojo Arturito -dijo el gris gavilán.
Quiero que veas las
bonitas plumas de mis alas.
-No, no iré, querido
gavilán, no me acercaré -respondió el colirrojo Arturito. Cómete una alondra
pero conmigo no te metas.
Y el pequeño colirrojo se
marchó muy deprisa.
Voló, siguió volando,
llegó a un barranco, y en este barranco vio al astuto zorro.
-¿Adónde vas, adónde vas,
colirrojo Arturito? -preguntó el astuto zorro.
-A ver a su majestad el
rey. Quiero desearle buenos días con una hermosa canción -dijo el pequeño
colirrojo Arturito.
-Ven aquí, acércate,
colirrojo Arturito -dijo el astuto zorro, quiero que veas qué mancha graciosa
tengo en la punta de la cola.
-No, no iré, zorro
astuto, no me acercaré -respondió el colirrojo Arturito. Cómete un cordero
pero no te metas conmigo.
Y el pequeño colirrojo
Arturito se fue deprisa deprisa.
Voló, siguió volando, y
llegó a un arroyuelo. En la orilla del arroyuelo estaba sentado un chico.
-¿Adónde vas, adónde vas,
colirrojo Arturito? -preguntó el chico.
-A ver a su majestad el
rey. Quiero desearle buenos días con una hermosa canción -respondió el
colirrojo Arturito.
-Ven aquí, acércate,
colirrojo Arturito -dijo entonces el chico, tengo el bolsillo lleno de unas
piedras muy bonitas y quiero darte algunas.
-No, no iré, jovencito,
no me acercaré -respondió el colirrojo Arturito. Búscate una alondra pero no
te metas conmigo.
Y el pequeño colirrojo
Arturito se marchó deprisa deprisa. Voló, siguió volando, y al fin llegó al
palacio del rey. Se posó en el alféizar de la ventana y le dio los buenos días
con una hermosa canción. El rey se detuvo a escucharlo y le dijo después a la
reina:
-¿Qué podríamos darle al
buen colirrojo Arturito, ya que nos ha brindado una canción tan bonita?
-Podríamos darle por
esposa a la pequeña tortolita -sugirió la reina.
Y así fue. Colirrojo
Arturito se casó con la tortolita y, durante la fiesta de bodas, también
bailaron el rey y la reina acompañados de toda la corte. Después de la fiesta,
el colirrojo volvió a su casa, entre los arbustos, a la orilla del arroyuelo, y
allí se lo ve dando saltitos todavía.
039. anonimo (inglaterra)
No hay comentarios:
Publicar un comentario