Que
era una vieja y un viejo que tenían tres hijos. El mayor se llamaba
Pedro, el segundo Juan y el tercero, el Shulca, se llamaba Grimillín.
La
vieja tenía tres hijas, y a cada uno de ellos lo hizo dormir con una
hija. A los jóvenes les hizo poner una gorra para distinguirlos en
la oscuridá.
Grimillín
sabía que la vieja los iba a matar. Él la oyó que le decía a las
hijas. Él se quedó despierto y cuando los sintió dormir les cambió
los gorros y se los puso a las hijas. Entonce la vieja jue, tantió
los que tenían gorros, y los degolló, y se jue a dormir. Y mató a
las hijas.
Grimillín
los habló a los hermanos y les dijo que se jueran, que la vieja
bruja había degollau a las hijas por degollarlos a ellos.
Antes
de irse le cortó las cuatro patas a la chancha que tenía de andar
la vieja, que tenía un tranco de cuatro leguas, para que no los
alcance.
Cuando
la vieja se dispertó y vio que había muerto a las hijas, se dio
cuenta lo que le había hecho Grimillín. Se jue a buscar a la
chancha. La halló que li habían cortado las patas. La curó un poco
y se jue en seguimiento de los mozos, a ver si los alcanzaba.
Bué...
Cuando ella llegó a un río, que ya los otros habían pasado. Y ella
se tuvo que volver porque la chancha todavía andaba enferma. Y se
volvió jurando vengarse de Grimillín.
Bueno.
Esta vieja tenía un loro que era adivino, una ovejita que la lana
era de oro y una cobija que tenía las campanillas de oro.
Un
día jueron y le dijieron al Rey que Grimillín se había dejado
decir que era capaz de tráir la colcha de campanillas de oro de la
vieja bruja.
El
Rey lo llamó y le dijo, que él se había dejau decir que era capaz
de tráir la colcha de campanillas de oro de la vieja bruja y que si
no la traiba, palabra de Rey no puede faltar, le corta la cabeza.
Y
muy triste se jue Grimillín. Llegó cuando la vieja y el loro
adivino 'taban durmiendo la siesta. Entró en puntas de pie, sacó y
dobló la colcha y se la llevó.
Cuando
el loro se despertó y le avisó a la bruja que Grimillín li había
llevado la colcha, se jue al alcance de Grimillín. Cuando ella llegó
al río, él ya había pasado. Entonce ella le grita:
-Grimillín,
pícaro, sinvergüenza, me hiciste matar mis hijas y me haz llevado
la colcha de campanillas de oro, algún días has de cair en mis
manos.
Y
él le contesta:
Al
poco tiempo los hermanos le dijieron al Rey que Grimillín se había
dejado decir que era capaz de tráir la borrega lanas de oro que
tenía la vieja bruja.
Entonce
el Rey lo llama y le dice que él se ha dejado decir que es capaz de
tráir la borrega lanas de oro de la vieja bruja, y que penaba la
vida si no la tráiba.
Y
Grimillín, muy triste, hizo viaje y se fue a la casa de la vieja
bruja. Llegó también aprovechando que el loro adivino y la vieja
dormían. Alzó la borrega y disparó. Se dispertó el loro y le dijo
a la vieja que Grimillín le llevaba la borrega de lanas de oro.
Salió
a perseguirlo la bruja, pero cuando ella llegó al río Grimillín ya
había pasado. Entonce la vieja le grita:
-Grimillín,
pícaro, sinvergüenza, que me hiciste matar mis hijas, me llevastes
la colcha de campanillas de oro y la borrega de lanas de oro, algún
día has de cáir en mis manos.
Grimillín
llegó y le entregó al Rey la borrega de lana de oro. Y el Rey 'taba
encantado con esta maravilla.
Al
poco tiempo van los hermanos y le dicen al Rey que Grimillín se ha
dejado decir que es capaz de tráir el loro adivino de la vieja
bruja.
El
Rey lo llama a Grimillín y le dice que él se ha dejado decir que es
capaz de trair el loro adivino de la vieja bruja, y si no lo trái,
pena la vida.
Más
triste sale Grimillín porque sabe que es muy difícil tráir el
loro. Se puso en viaje y llegó a la casa de la vieja bruja. En
cuanto lo vio el loro a Grimillín, le gritó a la vieja que
Grimillín lo quería llevar. Grimillín trajo pan y vino y le
ofertaba al loro. Y en eso lo agarró al loro y el loro gritaba a la
vieja:
Y
en eso se levantó la vieja y lo alcanzó a agarrar a Grimillín. Lo
ató con una soga en un árbol, para comerlo. Y esta vieja tenía una
negra sirvienta que se llamaba Jordiana.
Ella
se jue a llamar un compadre que tenía para que viniera a comer un
corderito gordo que tenía, y le dijo a la negra que afilara bien los
cuchillos, y que pusiera los tachos al fuego a hervir agua.
Grimillín
viendosé que estaba perdido le pidió a la Jordiana que lo viniera a
rascar, que lo picaban los piojos. Y la negra 'taba afilando un
cuchillo y jue a rascar a Grimillín, se puso el cuchillo en la boca
para poderle dehatar una mano para que se pudiera rascar a gusto.
Entonce él le manotió el cuchillo que tenía la negra, y se cortó
las sogas. Y la degolló a la negra y le echó la cabeza en el tacho
y al cuerpo lo puso acostado en la cama. Entonce le dice al loro:
Cuando
volvió la vieja y vio lo que había pasado, salió corriendo a ver
si lo alcanzaba a Grimillín. Llegó al río cuando él había
pasado, y entonce le grita:
-¡Grimillín,
pícaro, sinvergüenza, que me has hecho matar mis hijas, mi has
llevado la colcha de campanillas de oro, la borrega de lanas de oro y
el loro adivino, algún día has de cáir en mis manos!
Y
él le contesta:
Al
poco tiempo los hermanos le dicen al Rey que Grimillín se ha dejado
decir que es capaz de tráir la vieja bruja.
Entonce
el Rey lo llama a Grimillín y le dice que él se ha dejado decir que
es capaz de tráir la vieja bruja, y que pena la vida si no lo trái.
Hizo
viaje y se jue. Se pintó de negro y se vino cerca de la vieja bruja
y se puso a hachar un algarrobo grande. Al rato cayó la vieja y le
preguntó que hacía. Él le dijo que 'taba hachando ese algarrobo
para hacer un cajón para echarlo a Grimillín y quemarlo. Entonce le
dijo que ella le iba ayudar a trabajar el cajón. Cuando ya 'taba
hecho, él le dijo que se había olvidado de trair las medidas de
Grimillín, que a lo mejor no iba a dentrar áhi.
-Es
como de mi alto -le dice ella. Yo me voy a dentrar para ver. Si anda
bien para mí, anda bien para él.
Cuento
940. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
No hay comentarios:
Publicar un comentario