Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 2 de febrero de 2015

El grimillin y la vieja bruja .940

Que era una vieja y un viejo que tenían tres hijos. El mayor se llamaba Pedro, el segundo Juan y el tercero, el Shulca, se llamaba Grimillín.
Bué... Un día salieron a rodar tierra los tres.
Llegaron a la casa de una vieja que había sido bruja.
La vieja los recibió muy bien. Ella quería tenerlos y engordarlos para comerlos.
La vieja tenía tres hijas, y a cada uno de ellos lo hizo dormir con una hija. A los jóvenes les hizo poner una gorra para distinguirlos en la oscuridá.
Grimillín sabía que la vieja los iba a matar. Él la oyó que le decía a las hijas. Él se quedó despierto y cuando los sintió dormir les cambió los gorros y se los puso a las hijas. Entonce la vieja jue, tantió los que tenían gorros, y los degolló, y se jue a dormir. Y mató a las hijas.
Grimillín los habló a los hermanos y les dijo que se jueran, que la vieja bruja había degollau a las hijas por degollarlos a ellos.
Antes de irse le cortó las cuatro patas a la chancha que tenía de andar la vieja, que tenía un tranco de cuatro leguas, para que no los alcance.
Cuando la vieja se dispertó y vio que había muerto a las hijas, se dio cuenta lo que le había hecho Grimillín. Se jue a buscar a la chancha. La halló que li habían cortado las patas. La curó un poco y se jue en seguimiento de los mozos, a ver si los alcanzaba.
Bué... Cuando ella llegó a un río, que ya los otros habían pasado. Y ella se tuvo que volver porque la chancha todavía andaba enferma. Y se volvió jurando vengarse de Grimillín.
Por áhi llegaron los tres hermanos a la casa de un rey.
Bueno. Esta vieja tenía un loro que era adivino, una ovejita que la lana era de oro y una cobija que tenía las campanillas de oro.
Los hermanos de Grimillín le comenzaron a tener envidia y rabia y lo querían hacer matar.
Un día jueron y le dijieron al Rey que Grimillín se había dejado decir que era capaz de tráir la colcha de campanillas de oro de la vieja bruja.
El Rey lo llamó y le dijo, que él se había dejau decir que era capaz de tráir la colcha de campanillas de oro de la vieja bruja y que si no la traiba, palabra de Rey no puede faltar, le corta la cabeza.
Y muy triste se jue Grimillín. Llegó cuando la vieja y el loro adivino 'taban durmiendo la siesta. Entró en puntas de pie, sacó y dobló la colcha y se la llevó.
Cuando el loro se despertó y le avisó a la bruja que Grimillín li había llevado la colcha, se jue al alcance de Grimillín. Cuando ella llegó al río, él ya había pasado. Entonce ella le grita:
-Grimillín, pícaro, sinvergüenza, me hiciste matar mis hijas y me haz llevado la colcha de campanillas de oro, algún días has de cair en mis manos.
Y él le contesta:
-Algún día ti he de llevar a vos.
Bueno, llegó y le entregó al Rey la colcha de campanillas de oro.
Al poco tiempo los hermanos le dijieron al Rey que Grimillín se había dejado decir que era capaz de tráir la borrega lanas de oro que tenía la vieja bruja.
Entonce el Rey lo llama y le dice que él se ha dejado decir que es capaz de tráir la borrega lanas de oro de la vieja bruja, y que penaba la vida si no la tráiba.
Y Grimillín, muy triste, hizo viaje y se fue a la casa de la vieja bruja. Llegó también aprovechando que el loro adivino y la vieja dormían. Alzó la borrega y disparó. Se dispertó el loro y le dijo a la vieja que Grimillín le llevaba la borrega de lanas de oro.
Salió a perseguirlo la bruja, pero cuando ella llegó al río Grimillín ya había pasado. Entonce la vieja le grita:
-Grimillín, pícaro, sinvergüenza, que me hiciste matar mis hijas, me llevastes la colcha de campanillas de oro y la borrega de lanas de oro, algún día has de cáir en mis manos.
Y él le contesta:
-Algún día ti he de llevar a vos.
Grimillín llegó y le entregó al Rey la borrega de lana de oro. Y el Rey 'taba encantado con esta maravilla.
Al poco tiempo van los hermanos y le dicen al Rey que Grimillín se ha dejado decir que es capaz de tráir el loro adivino de la vieja bruja.
El Rey lo llama a Grimillín y le dice que él se ha dejado decir que es capaz de trair el loro adivino de la vieja bruja, y si no lo trái, pena la vida.
Más triste sale Grimillín porque sabe que es muy difícil tráir el loro. Se puso en viaje y llegó a la casa de la vieja  bruja. En cuanto lo vio el loro a Grimillín, le gritó a la vieja que Grimillín lo quería llevar. Grimillín trajo pan y vino y le ofertaba al loro. Y en eso lo agarró al loro y el loro gritaba a la vieja:
-Mi señora, Grimillín me lleva.
Y en eso se levantó la vieja y lo alcanzó a agarrar a Grimillín. Lo ató con una soga en un árbol, para comerlo. Y esta vieja tenía una negra sirvienta que se llamaba Jordiana.
Ella se jue a llamar un compadre que tenía para que viniera a comer un corderito gordo que tenía, y le dijo a la negra que afilara bien los cuchillos, y que pusiera los tachos al fuego a hervir agua.
Grimillín viendosé que estaba perdido le pidió a la Jordiana que lo viniera a rascar, que lo picaban los piojos. Y la negra 'taba afilando un cuchillo y jue a rascar a Grimillín, se puso el cuchillo en la boca para poderle dehatar una mano para que se pudiera rascar a gusto. Entonce él le manotió el cuchillo que tenía la negra, y se cortó las sogas. Y la degolló a la negra y le echó la cabeza en el tacho y al cuerpo lo puso acostado en la cama. Entonce le dice al loro:
-A vos te voy a hacer lo mismo que li hecho a la Jordiana.
Entonce el loro le dice:
-Llevame, llevame ante que venga la señora.
Y lo llevó al loro y se jue disparando.
Cuando volvió la vieja y vio lo que había pasado, salió corriendo a ver si lo alcanzaba a Grimillín. Llegó al río cuando él había pasado, y entonce le grita:
-¡Grimillín, pícaro, sinvergüenza, que me has hecho matar mis hijas, mi has llevado la colcha de campanillas de oro, la borrega de lanas de oro y el loro adivino, algún día has de cáir en mis manos!
Y él le contesta:
-Algún día ti he de llevar a vos.
Y va y le entrega al Rey el loro adivino.
Al poco tiempo los hermanos le dicen al Rey que Grimillín se ha dejado decir que es capaz de tráir la vieja bruja.
Entonce el Rey lo llama a Grimillín y le dice que él se ha dejado decir que es capaz de tráir la vieja bruja, y que pena la vida si no lo trái.
Más triste que nunca, Grimillín se puso a pensar cómo podía tráir la vieja bruja.
Hizo viaje y se jue. Se pintó de negro y se vino cerca de la vieja bruja y se puso a hachar un algarrobo grande. Al rato cayó la vieja y le preguntó que hacía. Él le dijo que 'taba hachando ese algarrobo para hacer un cajón para echarlo a Grimillín y quemarlo. Entonce le dijo que ella le iba ayudar a trabajar el cajón. Cuando ya 'taba hecho, él le dijo que se había olvidado de trair las medidas de Grimillín, que a lo mejor no iba a dentrar áhi.
-Es como de mi alto -le dice ella. Yo me voy a dentrar para ver. Si anda bien para mí, anda bien para él.
Y cuando se dentró la vieja bruja y se acostó, Grimillín le echó la tapa y la clavó, y le dijo:
-Ahora yo te voy a quemar a vos.
Y se la llevó al Rey a la vieja bruja. Y la quemaron, y se acabó el mal que hacía.
Y también le prendieron juego a los hermanos que lo traicionaban.
Y a él lo hizo casar a Grimillín con su hija, y lo nombró Rey.

Ovidio Galván, 72 años. Las Cardas. Río Seco. Córdoba, 1952.

Nativo de la región. Buen narrador.

Cuento 940. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


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