403. Cuento popular castellano
Un pastor se arregostó a beberse el aceite de
la lámpara de un santo en una ermita. El sacristán, a cierto tiempo, notó se
gastaba mucho aceite y dijo:
-Alguno se ha arregostado a beberse el
aceite; pero, en fin, voy a volver a llenar la lámpara a ver lo que pasa esta
noche.
Efectivamente, por la mañana no había ni una
gota. Y volvió a llenar la lámpara y se escondió tras el santo con un garrote
en la mano. A cierta hora de la noche entró el pastor en la ermita, y empezó a
tomar el aceite. Estando él bebiendo el aceite, sale el sacristán y le da una
fuerte paliza.
Al día siguiente pasó el pastor por la
ermita. Se asomó rápidamente y le dice al santo:
-¡Qué miras, ojos de can rabioso? ¿Piensas
que mojo? ¡No mojo, no!
Matabuena,
Segovia. Benito Gil. 29 de marzo, 1936. 40 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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