434. Cuento popular castellano
Eran tres estudiantes que no podían ir a
pasar las Navidades a casa porque no tenían dinero y sus padres no se lo
mandaban. Y decían ellos:
-¿Cómo nos arreglaremos para pasar las
fiestas, una vez que no tenemos dinero?
-Pues muy bien -dijo uno de ellos; uno
traemos el vino, otra traemos el pan, y otro los chorizos.
El primero fue y buscó. una capa y cogió dos
cántaros, uno lleno de agua y uno vacío. Se fue entonces con los cántaros a un
almacén de vinos y, pidió que le dieran un cántaro de vino. Le dieron el
cántaro de vino, y él, con mucho disimulo, le pasó y le cambió por el del agua
y «le dijo al almacenista:
-¡Qué vino me has dao aquí! ¡Si esto es agua!
Y le dice el almacenista:
-¡Es vino y bueno!
-¡No, señor! -dice el estudiante. ¡Es agua!
¡Aquí le tiene usté!
Entonces el almacenista, muy enfadao, cogió
el cántaro de y le desocupó en un pozal y le dijo:
-¡Váyase usté!
El estudiante se marchó con el vino, llegó
donde estaban sus compañeros y les dijo:
-Ya está aquí el vino.
El segundo estudiante cogió un saco y se fue
a la plaza. Empezó a mirar el pan, y todos los panaderos que vendían pan le
decían:
-¡Compre usté lo mío! ¡Lleve usté lo mío!
Y él fue cogiendo panes y metiéndoles en el
saco, hasta que llenó un saco. Luego los panaderos le pidieron el dinero y él
les dijo:
-¡Vengan conmigo a cobrarlo!
Les llevó hasta la puerta de la iglesia,
entró él y les dejó a la puerta. Salió entonces por una puerta que había en la
sacristía, y ellos, cansos de esperar, daban voces a la puerta de la iglesia,
diciendo que saliera a pagarles. Y el señor cura, al oír las voces, salió y
preguntó:
-¿Qué piden ustedes?
-El pan que nos ha comprao su criado
-contestaron. Se ha llevado un saco de pan y ahora no nos lo paga. El señor
cura dijo:
-Aquí no hay nadie. Entren ustedes y verán.
Entraron en la iglesia y de que no vieron a
nadie, le pegaron al cura.
Fue el estudiante y les dijo a los otros:
-Ya está aquí el pan.
El tercer estudiante se tiznó la cara y las manos
de los sarrios de la cocina y se fue en casa del señor cura y entró en la
cocina, donde tenía ahumado los chorizos. Cargó con los chorizos y bajó al
portal del cura y empezó a dar voces, diciendo:
-¡Señor cura, aquí traigo chorizos del
demonio, que me ha mandao venir con ellos para usté!
Y el cura le dijo:
-¡Yo no quiero chorizos del demonio!
-¡Pues el demonio me ha mandao a mí venir a
traérselos!
-¡Marcha con ellos, que no los quiero! -le
decía el cura.
-¡Abrame la puerta, que yo no puedo! -decía
el estudiante. Y el cura entonces mandó al ama a que le abriera la puerta y se
marchó el estudiante con los chorizos.
Al día siguiente fue el ama a la cocina y se
encontró con la sorpresa de que los chorizos que llevaba el demonio eran los
suyos y que se los había robao.
Y el estudiante fue a casa y les dijo a sus
compañeros:
-Ya están aquí los chorizos del cura. Ahora
vamos a pasar buenas Navidades a cuenta de todos.
Y pasaron felices Pascuas los tres
estudiantes.
Cervera
de Río Pisuerga, Palencia. Teodora
Gómez. 23
de mayo, 1936. 50
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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