289. Cuento popular castellano
En un pueblo, que se cría entre barrancos y
hondonadas, estaban en la recolección de mieses. Era un día del mes de julio.
Habían terminado de comer y todos tenían sus bestias sin atalajes y les tenían
tirados por el suelo de cualquier manera. En esto se preparó un nublado de
carázter feo, y se enredó a llover de una manera espampanante, que no los dio
lugar a recoger los aparejos de sus caballerías. Y como fue tanta la abundancia
de agua que cayó, arrastró albardas y toda clase de aparejos que había tirados
por el suelo al río de Cega.
Y hubo una persona que vio bajar un bulto por
el agua. Y tan torpe era el infeliz que empezó a decir en altas voces:
-¡Rico Rebollo, que
viene la ballena!
Salió todo el vecindario con escopetas y
bayonetas antiguas y chuzos que gastaban los guardas, para matar al monstruo
que bajaba por la corriente del río. A puro de tiros y estocadas que dieron al
bulto que tanto asombro les causaba, salían unos trapos encarnados de su fondo,
por lo cual decían:
-¡Ya es nuestra, que ya echa sangre!
Por fin se quedó detenida en el tronco de una
verguera hasta terminarse la fuerza del andaluvio de agua. Por lo cual, después
de tanta fatiga y tantos trabajos vino resultando que era una albarda que
había arrastrado el agua de lo alto de las cumbres.
Aldeonsancho,
Segovia. Juan
Pascual Alonso. 23
de abril, 1936.
Dulzainero,
55 años (entrevistado en Cuéllar, Segovia).
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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