El zurrón que cantaba .366

366. Cuento popular castellano

Una abuelita tena tres nietas. Un día tenía que cocer, y para que no la estorbasen, las mandó ir de paseo. Mas la pequeña no quería ir y se echó a llorar. Para que no llorase, la dio su abuela un collarcito de oro.

Se marchó con sus hermanas y por el camino se le dejó perder. Sus hermanas se volvieron a casa a contárselo a la abuela, y la niña se quedó sola buscándole. En esto pasó un pobre y le dijo:

-Buen hombre, ¿se ha encontrado ustez un collarcito de oro que a mí me se ha perdido?

-Sí, hija, sí. Si vienes conmigo, te le doy.

La niña, porque no la regañase su abuela, se fue con aquel hombre. La cogió y la metió en su zurrón. Y mientras iba por el camino, la decía:

-¡Canta, zurrón,

que te pego un coscurrón!

Y cantaba la niña:

-¡Por un collarcito de oro, que a mí se me ha perdido, me van haciendo cantar, por todo el camino!

Ya llegó a un pueblo y en la primera casa que encontró, allí llamó. Y dio la casualidaz que era la casa de la abuela. Llamó el pobre y dijo:

-Buena mujer, haga el favor de dejarme dejar aquí el zurrón.

Mientras tanto me voy a oír misa.

Y entonces le dijo la abuela (como estaba cociendo) :

-Déjelo allí en el escalerón, que estoy cociendo y no puedo bajar.

Y el pobre dejó allí el zurrón y see marchó. Mas como la abuela estaba cociendo, las nietas mayores la decían:

-Abuelita, a mí me tiene que hacer un rosco, ¿sí? Y la que estaba metida en el zurrón dijo: -Abuelita, ¡a mí un roscón! ¡A mí un roscón! En esto que dice la abuela:

-Callaros, niñas, que la niña debe estar abajo. Bajaron y la del zurrón decía:

-¡A mí un roscón! ¡A mí un roscón!

Abrieron el zurrón y vieron que estaba la niña. La sacaron metieron piedras y un gato. En esto que viene el pobre de misa, y la dice a la abuela:

-Buena mujer, ¡vaya! Ya cojo el zurrón. Adiós. Y la abuela, desde arriba, le dijo: -¡Vaya ustez con Dios!

Y

Mas a la puerta de otra casa, el hombre le mandaba al zurrón que cantase, y decía:

-¡Canta, zurrón,

que te pego un coscurrón!

Mas como la niña no estaba, el hombre, enfurecido, pinchó con una lezna. Le pinchó al gato, y el gato, furioso, rompió el zurrón y le arrancó la nariz. Y decía el pobre:

-Miz, miz,

toma tu pan,

y dame mi nariz.

Covarrubias, Burgos. Petra Tejada. 6 de junio, 1936. 54 años.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

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