429. Cuento popular castellano
En el pueblo de Valdesimonte, provincia de
Segovia, quedó una muchacha huérfana de padre y madre (que de apodo les llamaban
«Alcabalas»). Y se casó con un hijo único, huérfano también. Se casaron, pues,
dos huérfanos, sin familia. Llenos de hacienda y sin familia, eligieron un
pastor para su ganadería del pueblo de Rebollo, por cierto un poquito inorante.
Ese matrimonio tuvo una niña, y al no tener
familia que pudieran ser padrinos del bautizo, eligieron al pastor que tenían
en casa. Por lo cual el pastor se negaba a ello, porque el señor cura hacía
malas migas con él, porque le comprendía un poquito inorante, y no dejaba de
hacerle preguntas que al pastor le ofendían; porque le decía que cuál oveja
pasteaba mejor, que si la blanca o la negra; otras veces le decía que dónde
colgaba el pastor el zurrón a la postura del sol. Y aunque palabras tenía para
contestarle, por dignidaz y respeto no le contestaba.
Y le dice el amo que tiene que ser padrino de
la niña y sacarla de pila. El pastor le dice que de ninguna manera, porque
hacía malas migas con el párroco del pueblo; pero por fin le convencieron,
porque no había otros familiares que pudieran ser padrinos de la nueva
infanta. Le dice el pastor al amo:
-¿Se empeña ustez en que sea padrino? Lo
seré; pero el porro no me le dejo en casa, porque ese buen señor me tiene un
poco de hincha, y le tengo que alumbrar.
-Bueno, hombre. Llévate el porro y lo que te
haga falta.
Van a la iglesia con la criatura. Y siendo un
día de domingo, a la terminación de la misa sale el señor cura con su alba
puesta. El pastor había guardado su porro detrás de la puerta de la iglesia. Y
cogiendo la niña en su brazo derecho, como así se lo ordenó la comadrona, viene
el señor cura a hacer el bautizo. Y le dice al pastor:
-¿Qué trae ustez a la iglesia de Dios,
infante o infanta?
-¡Con tiempo me empiezas a amolar! -le dice
el pastor.
-¡No, hombre! ¡Dime si es chico o chica!
-¡Chica es!
-¿Cómo se ha de llamar, hombre?
-¡Mucho me vas preguntando! ¡Me parece que te
la ganas!
-Pilar me ha dicho el amo -dijo la comadrona.
-Pilar.
Entonces dijo el cura:
-Abrenuncio Satané. Diga ustez «abrenuncio».
Y el pastor le contestó:
-No me engañas, que me la pegas; pero diré
«arre rucio».
Y repitiéndoselo así tres veces, y no
sacándole de las suyas, llegan a la pila del bautismo. Y al echarla el agua
sobre la cabeza de la criatura, le dice el señor cura al pastor:
-Diga ustez, «Volo».
-¡Por la leche diré «bolo», siendo chica!
-¡Mira que eres bruto! -le dice el señor
cura. Y le dice el pastor:
-¡Más bruto eres tú, que traes la camisa
encima los pantalones!
Después de hecho el bautizo llegan a leer los
evangelios de San Juan a la nueva cristiana. Y mientras tanto la comadroría
puso un poco de sepultura, con dos velas encendidas para. cantar un responso.
Llega el sacristán con el hisopo en la mano lleno de agua, diciendo:
-Kirie eleison, Criste
eleison, Kirie eleison...
Coge el señor cura el hisopo, y al decir
«Pater noster...» ...le llenó al pobre pastor de agua. Al verse el pobre
ofendido, se vuelve a la puerta de la iglesia, donde había dejado escondido el
garrote. Y como el señor cura no encontraba quien le diera céntimos, se
marchaba a la sacristía. Y el pastor, viendo que se le iba la presa, desde en
medio de la iglesia le soltó el garrote, el mismo que se quedó enganchado en la
lámpara, que en aquellos tiempos antiguos alumbraba al Santísimo. Y viendo que
no le pudo dar el golpe, le dijo:
-Si no es por la alumbradera, ¡si que te doy a
ti la remojadera!
Aldeonsancho,
Segovia. Juan
Pascual Alonso.
21
de abril, 1936. Dulzainero,
55 años (residiendo en Cuéllar, Segovia).
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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