454. Cuento popular castellano
Una mujer tenía un marido que se llamaba
Gracias-a-Dios. Y tenían dos hijos: uno se llamaba Contento y el otro Alegría.
El único capital que tenían eran dos bueyes, uno Cagajones, y el otro Ciruelo.
Y murió el marido. Y en el duelo, decía la
mujer:
-¡Ya se murió Gracias-a-Dios! ¡Ya no queda en
mi casa más que Contento y Alegría! ¡Cagajones para el bien de su alma, y el
Ciruelo para mí!
Nava
de la Asunción ,
Segovia. Pedro
García de Diego.
18
de abril, 1936. Posadero,
75 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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