Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

jueves, 5 de julio de 2012

El toro barroso .231

231. Cuento popular castellano

Eran dos ganaderos en una población, ¿sabe ustez?, y se pu­sieron muy a mal. El uno tenía un pastor que le llamaban el Verdadero. Y estaba muy contento su amo con él, porque no mentía nunca. Todas las noches el Verdadero iba a ver a su amo y le decía:
-Buenas noches, señor amo.
-Buenas tardes, mi Verdadero.
-Y ¿las vacas?
-Gordas y flacas.
-¿Beben aguas?
-Turbias y claras.
-¿Comen hierbas?
-Verdes y secas.
-Y ¿el toro Barroso?
-Florido y hermoso.
Y nunca le cogían en mentira. Ya un día, estando en el café, el amo del Verdadero comenzó a alabar a su criado. Y el otro ganadero le dijo que sí sería algo fiel; pero que él apostaría que le cogería en una mentira. Y por fin le dijo el amo del criado que le apostaba la mitaz de la ganadería si no le decía su Verdadero la verdaz siempre. Y el otro le dijo que se lo apostaba.
Se marchó a su casa y pensando de qué forma podría ganar la apuesta, decidió valerse de una hija muy hermosa que tenía. Al otro día se fue de caza con la hija y llegó donde estaba el Verdadero. Comenzó a hablar con él y le preguntó que si por allí había conejos. Y el Verdadero le dijo que sí, donde dejó la hija a la lumbre con el Verdadero, diciéndoles que volvería más tarde. Y al verla tan blanca y tan hermosa el pastor se prendó de ella, y después de conversar un rato, la dijo que quería gozar de ella. Y ella le dijo que si la daba el corazón del toro Barroso, que se entregaba a él. Y el Verdadero mató el toro y la dio el co­razón a la muchacha. Y gozó de ella.
Y aquella noche el Verdadero se fue en casa del amo. Y por el camino iba diciendo:
-Y ¿qué le voy a decir yo a mi amo? ¿Qué le voy a decir?
En la casa del amo había mucha gente. El otro ganadero es­taba allí, pues había ido a ver si iba a decir la verdaz el Verda­dero. Entró Juan, y sentándose cerca de la lumbre, puso la go­rra en la porra y le decía al sombrero, como si sería el amo:
-Muy buenas tardes, mi señor amo.
-Buenas noches, mi Verdadero. ¿Y las vacas?
-Gordas y flacas.
-¿Begen aguas?
-Turbias y claras.
-¿Comen hierbas?
-Verdes y secas.
-Y ¿el toro Barroso?
-Florido y hermoso.
Entonces le dice el amo:
-Buenas tardes, mi Verdadero.
-Muy buenas tardes, mi señor amo.
-Bueno, Verdadero, dime la verdaz. 
Y ¿las vacas?
-Glordas y flacas.
-¿Beben aguas?
-Turbias y claras.
-¿Comen hierbas?
-Verdes y secas.
-Y ¿el toro Barroso?
-Mi señor amo, ¡por unas tetas muy blancas y unos muslos hermosos, he dado el corazón del toro Barroso! Y le ganó la mitaz de la ganadería al otro.

Navas de Oro, Segovia. Patricio González. 8 de abril, 1936. 63 años.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


1 comentario:

  1. Excelente recuerdo mi papá se atrevía a contarnos el cuento aunque decía que era colorado y que omitia lo impropio aunque su respuesta que al toro barroso lo había cambiado por un bizcocho muy sabroso jajajana

    ResponderEliminar