437. Cuento popular castellano
Éstos eran tres estudiantes que caminaban a
un pueblo. Y como los estudiantes llevan siempre mucha hambre, pues dijeron
antes de llegar al pueblo:
-¿Qué haríamos para comer hoy? Dice uno:
-Pues, mira: vamos en casa del pastelero de
ahí abajo y le vamos a decir que a que no asa un cordero sin dejar de decir
«antimplora, antimplora».
Y ya llegaron y se lo dijon al pastelero: a
que no asaba un cordero sin dejar de decir «antimplora, antimplora». Y dijo él
que si lo dejaba de decir, perdía él el cordero, y si no, le perdían los
estudiantes. Y dijo:
-¡A que sí que lo hago! ¡A que sí que lo
hago!
Y fueron y metió el cordero a asar. Y el
pastelero empezó a decir :
-Antimplora, antimplora,...
Y ya tocaron a misa, y dice el un estudiante
a otro:
-Tocan a misa. ¿Quién va a ir?
Se marcharon dos y se quedó el uno para ver
que no dejara de decirlo. Y al terminar la misa, al echar la bendición el cura,
uno de los estudiantes se acercó al sacerdote y le dijo:
-Un padrenuestro y una avemaría por el
pastelero de allí abajo que se ha vuelto loco.
Se volvió el cura a los feligreses y anunció:
-Un padrenuestro y una avemaría por el
pastelero de allí abajo, que se ha vuelto loco.
Y echó a correr toda la gente. Laa primera
que entró fue una hija del pastelero. Y le decía:
-¡Padre, dicen que se ha vuelto usted loco! Y
él no dejaba de decir:
-Antimplora, antimplora, antimplora,
antimplora,... Y ella decía:
-Pero padre, ¡sí que se ha vuelto usted loco!
Y llegó la mujer, y decía:
-Pero hijo, ¿te has vuelto loco? Y él no
dejaba de decir:
-Antimplora, antimplora,
antimplora...
Ya tanto llorar y tanto gritar que se llenó
la casa de gente. Y él no dejaba de decir:
-Antimplora, antimplora...
Y por fin no pudo menos de decir:
-¡Por vosotros he perdido el cordero! Y le
ganaron el cordero los estudiantes.
Peñafiel,
Valladolid. Gabina
Vázquez. 29
de abril, 1936. 54
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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