455. Cuento popular castellano
Ésta era una señora que se la había marchado
la criada y quería buscar otra. Y la dijeron dónde la había, y ya pues, fue y
la llevó a su casa. Y al llegar a casa la preguntó que cómo se llamaba. Y ella
dijo que Francisca. Y la señorita la dijo que allí la iban a llamar Paquita. Ya
un día la señora estaba en el comedor, y Paquita estaba en la cocina. Y la
llama la señorita:
-Paquita.
Y dice la criada:
-Mande usté.
Y la dijo la señora que la dijera señorita. Y
la volvió a llamar:
-Paquita.
-¡Señorita! [tono bronco].
-Más fino; más fino.
-Señorita.
-Más fino; pero pase. Vas a ir a la plaza por
medio kilo de atrevidillas; medio de merluza, y veinticinco céntimos de pajarillos
de pico verde.
La criada fue a por ello, y al volver, la
dijo la señora que si lo sabía guisar. Y la dijo que sí, y lo guisó. Y ya llegó
la hora de cenar y la señorita se comió muchas atrevidillas. Y Paquita la dijo
que no comiese tantas, que la iban a hacer daño. Y ella, que no, que lo que se
comía con gusto no hacía daño. Y ya no podía comer merluza.
Después de comer se acostaron. Y a medianoche
la señorita se puso mala, y la dijo a Paquita que fuese a avisar al médico, que
estaba muy mala. Y Paquita, pues, le fue a llamar. Y ya vino y la dijo que qué
la pasaba, y le dijo la señora:
-He comido un plato de atrevidillas,
compuestas de pajarillos de pico verde. Se me han introducido en el escaparate,
me suben vapores de la media naranja al crisol, y no puedo tenerme por las
columnas.
-No la entiendo, señora.
-La señorita le dice...
-Pues, yo se lo explicaré bien: que he comido
un plato de atrevidillas compuestas de pajarillos de pico verde; se me han
introducido en el esca-parate, me suben vapores de la media naranja al crisol,
y no puedo tenerme por las columnas.
Y ya dijo el médico que no la entendía, que
se lo dijese Paquita. Y le dijo:
-Mire usté, señor medicazo: mi amaza se ha
comido un plato de lentejazas compuestas con ajazos. La duele la cabeza y la barrigota,
y no puede tenerse por las pernotas.
Y el médico dijo que sí la había entendido.
Matabuena,
Segovia. Juana Gil. 29
de marzo, 1936. 12 años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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