305. Cuento popular castellano
Era una mujer que era muy golosa, pero que no
comía nunca delante del marido. Le quería hacer ver que se pasaba con muy poco,
y a él le ponía comidas muy pobres. Y un día el marido, sospechando que ella
tenía que comer a espaldas de él, pretextó un viaje. Se marchó por la puerta
delantera, se metió por el corral y se escondió en el portal entre unos haces
de leña.
La mujer, a poco de marcharse él, empezó a
decir:
-¿Qué almorzaré yo esta mañana? Me voy a
poner unos chorizos y unos huevos.
Y se los comió. Y el marido... observándolo
desde el portal. A mediodía se mató un pollito y se lo comió también. Y a la
noche se hizo una buena tortilla, bien grande, con pedazos de jamón. Y al
marido le preparó unas patatas, por si venía.
El marido, una vez que comprendió que su
mujer había comido lo suficiente para el día, se salió al corral. Dio la
vuelta a la casa y entró como si venía del viaje. La mujer le empezó a preguntar
que qué tal le había ido en el camino, y él entonces la dijo:
-A poco de salir del pueblo me ha sorprendido
una granizada que eran los granizos del tamaño de los chorizos y de los huevos
que has tomado por la mañana; que si no me arrimo a una tapia tan gorda como la
tortilla que te has comido por la noche, estoy tan muerto como el pollo que te
has comido a mediodía.
Con eso agarró una verga, la asentó las
costillas, y la dijo que de éntonces en adelante cogería él las llaves de la
despensa y que sólo comería lo que ella comiera.
Burgos,
Burgos. Ecequiela
Manero. 1
de junio, 1936. 50
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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