353. Cuento popular castellano
Era un señor que tenía dos hijas. La unaa era
muy guapa, y la casó por los posibles que tenía. Como la segunda era más desgraciada
y nadie se ocupaba de ella, afligido de que no se le casaba la chica, oyeron
comentar en el pueblo que tenía deseos de casarla.
Entonces un vecino se vino al cuento y dijo:
-Pues, ¡coño! Si me daría a mí dinero
suficiente, y la finca, del Pico, y la yegua y el potrico, me casaría con ella.
Llegó a oídos del padre de la chica y
juntaron palabras a lo que se pretendía, siempre y cuando hiciese lo que le
pedía. Y el hombre aceptó; dijo que nada, no tenía inconveniente. Y el muchacho
le llevó ante un escribano, para que no se volviese atrás. Y dijo el padre:
-Venemos a estaa operación. Queremos un
contrato, que este señor, que se llama Perico, se quiere casar con mi hija. Y
le quiero mandar la tierra del Pico y la yegua con el potrico. Escriba usted señor
notario: Mando a mi yerno, Perico, la tierra del Pico y la yegua con el
potrico...
Y Perico, como estaba loco de contento, no
recordó más que de las mandas, y no se dio cuenta de que seguía hablando su futuro
suegro. Y éste seguía:
De la tierra le quito el Pico, y de la yegua
el potrico.
Se celebró la boda. Pasaron dos o tres años y
ya el otro yerno, pues tenía envidia, pues Perico llevaba tanto tiempo
disfrutando de la finca y luciendo la yegua y el potrico. Y en esto que ya hubo
reunión de familia. Y le llamaron la atención a Perico diciéndole que ya se
había lucrao bastante de lo que se lo le había mandao y que era bueno que lo
dejase para el otro yerno otros tantos años que lo había llevao él.
Y Perico, pues no cedía. Decía que se lo
había mandao y por qué lo iba a dejar. Y entonces dice el suegro:
-No te incomodes. Veremos si te lo he mandao
o no. Lo escrito se lee. Y con lo que sea no hay que testarudear.
Conque fueron donde el notario a mirar la
manda.
-Señor notario, saque ustez esa documentación
que tenemos hecho desde hace dos o tres años. Y aquí no hay más que lo escrito
que sea válido.
La sacó el notario.
-Lea, señor notario.
-Mando a mi yerno Perico, la tierra del
Pico...
-¿Lo ve ustez?
-Cálmese ustez. Siga leyendo, señor notario.
-... la tierra del Pico y la yegua con el
potrico. De la tierra le quito el Pico y de la yegua el potrico.
-¿Se ha enterado ustez de esas palabras? Pues
¿qué dice ustez, señor notario?
-Pos que de la tierra no le manda nada, y de
la yegua le ha quitao el potrico. No le ha mandao ustez nada más que la yegua y
la mujer.
Villadiego,
Burgos. Ausivio
de la Peña. 28
de mayo, 1936. 40
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario