304. Cuento popular castellano
Una vez había un matrimonio. El marido era
labrador y salía al campo todos los días. La mujer no comía con su marido. Siempre
decía que estaba enferma y nunca comía delante de él.
Un día salió el marido para ir al campo. Y
apenas se marchó, empezó a llover un agua muy menudita. Entregó la yunta a un
gañán, se dio la vuelta él por el corral y se guardó en el horno. Desde allí
vio que su mujer cogió un pollo, lo mató, lo peló y lo guisó. Y antes de todo
eso se hizo unas migas y se las comió. Después se comió una tortilla. Y por la
tarde se merendó un pollo.
Se volvió a salir su marido a por su yunta y
entró en casa con su yunta. Y la dice a la mujer:
-¿Qué tal te ha ido?
-Así, así -dice. Y ¿a ti?
-Pues a mí, de todo. Apenas salí de casa
empezó a caer un agua tan menudita como las migas que te almorzaste. Si no me
arrimo a una piedra tan grande como la tortilla que te comistes, estoy tan
muerto como el pollo que te merendastes.
-Hombre, hombre, ¿quién te malmete? ¿Quién te
dice esas cosas?
-¡Ah, pájara! -dice. ¿Eres tú la que no
comes?
Cogió la rejada y con las cuerdas de la
rejada la puso el cuerpo como unos zorros. La mujer no volvió a decir que no
tenía ganas de comer ni volvió a estar mala.
Eso es lo que les pasa a las golosas, que a
sombras de sus maridos hacen esas engatadas.
Sepúlveda,
Segovia. Cipriana
Valdés López. 3
de abril, 1936. 70
años.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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