Cuando
Ilombe nació, tenía la cara tan brillante como un espejo. La gente
acudía a mirarla, y no conseguían ver la cara que tenía, sino su
propia cara que quedaba reflejada. Esto no gustaba a la gente, que al
fin pidió a Ndjambu que la metiera en una granja, porque en el
poblado no debía vivir alguien de quien nadie conociera la
cara. Etundji suplicó por su hermana, pero Ndjambu accedió a los
deseos de la gente.
Pasados
unos años, Etundji recordó a Ndjambu que tenía que sacar a su hija
de aquel lugar y devolverla al poblado con los suyos. Ndjambu la
metió en uno de sus almacenes, pero allí no había nada que comer y
Etundji repitió su petición: «¿No ves que allí se morirá de
hambre? Es tu hija y debe vivir con todos nosotros porque no ha
cometido nada malo».
Al
fin, el corazón de Ndjambu se ablandó y permitió que Ilombe, que
ya era una mujer, viviera en el pobladoi.
Ilombe estaba muy flaca, y tuvo que someterse al tratamiento del
curandero para conseguir un aspecto normal. Después pidió a Ndjambu
que le regalara una máquina de coser y éste accedió.
Más
tarde, un hombre que se había acercado al poblado quiso casarse
con Ilombe. Ndjambu pidió la opinión de ésta, e Ilombe se levantó
para decir: «Me casaré con él. Sólo pido un poco de tiempo para
coser el vestido de mi boda, que será un vestido sin costura». La
gente no creía que esto fuera posible; pero Ilombe empezó a
trabajar duramente hasta conseguir un vestido sin costura, que
fue el que llevó durante toda la ceremonia.
El
marido de Ilombe se dio cuenta de que había ganado una gran mujer, y
dio a Ndjambu una dote muy elevada que lo hizo feliz.
Ilombe,
al irse a la casa de su marido, pidió a su hermano Etundji, que la
había ayudado en los momentos difíciles, que se fuera con ella. Y
los tres vivieron colmados de felicidad.
Fuente:
Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1
anonimo (guinea ecuatorial) - 055
i
La
mediación de Etundji dispone el cuento para una estructuración
habitual en la que Ilombe podrá buscar marido. La ausencia de
agresor, sin embargo, quita brillantez a la trama.
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