Todos
los animales del bosque vivían en el mismo poblado y lo hacían todo
colectivamente: trabajaban juntos en la finca,.comían juntos y
se bañaban juntos. El león dirigía el trabajo de todos; y dos de
ellos se quedaban cada día a preparar la comida de los demás.
Se
dieron cuenta de que, de cuando en cuando, faltaba comida de la
despensa. Jamás apareció el ladrón..Hasta que un día se quedaron
la tortuga y el ratón a preparar la comida. Cuando el arroz ya
estaba preparado, salieron del poblado en dirección a la finca. Y,
como el ratón va mucho más deprisa que la tortuga, echó a correr y
volvió al poblado por otro camino; se comió todo el arroz y regresó
junto a su compañera. Pero no había advertido que se le había
quedado un grano de arroz en una esquina del labio superior.
Al
volver de la finca, todos los animales pidieron explicaciones a la
tortuga: «Cada vez que has ido a trabajar a la finca, al volver has
encontrado la comida preparada. Y hoy, cuando tenías la obligación
de tenerla lista, nos dices que alguien la ha robado». El ratón
seguía la discusión atentamente, y nadie se daba cuenta de su grano
de arroz. La tortuga protestaba, y los demás animales seguían
acusándola: «Como eres tan lenta, te habrás quedado atrás y has
aprovechado la ocasión. Eres una ladrona».
Entonces
la tortuga se dirigió a su jefe, el león, para que los citara a
todos: «Me están acusando. Que vengan y que muestren sus pruebas».
Los animales se reunieron y siguieron acusando a la tortuga. Ésta,
además, no podía presentar a ningún testigo que la avalara: «Si
tuviera un testigo, sólo podría ser el mismo ratón». Entonces se
dirigieron a él: «Tú, ratón, ¿tienes algún testigo que te
avale?». En ese momento intervino la tortuga: «No puede haber
mejor testigo que el mismo arroz que tiene en el labio superior».
Los
animales miraron atentamente al ratón y, efectivamente, vieron
el grano de arroz. Entonces descubrieron su culpabilidad, lo ataron y
lo dejaron una semana entera sin comer. Mientras tanto, la tortuga
proseguía su vida con toda tranquilidad.
Fuente:
Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1
anonimo (guinea ecuatorial) - 055
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