94. Cuento popular castellano
Era una mujer que tenía obreras y no
tenía qué ponerles que cenar. Y se fue al camposanto y sacó la asadura a un
muerto, y se la puso para cenar.
Por la noche, después que se
acostaron, sintieron unos golpes en la puerta y oyeron unas voces que decían:
-¡María, dame la asadura dura, dura,
que me sacaste de la sepultura!
-¡Ay, maridito mío! ¿Quién será?
-¡Calla, calla, tonta, que ya se irá!
-¡No me voy, no, que en el portal
estoy!
Luego se oyeron los golpes en la
escalera, y la misma voz:
-¡María, dame la asadura dura, dura,
que me sacaste de la sepultura!
-¡Ay, maridito mío! ¿Quién será?
-¡Calla, calla, tonta, que ya se irá!
-¡No me voy, no, que en las escaleras
estoy!
Luego se oyeron los golpes en la
habitación, y la misma voz:
-¡María, dame la asadura dura, dura,
que me sacaste de la sepultura!
-¡Ay, maridito mío! ¿Quién será?
-¡Calla, calla, tonta, que ya se irá!
-¡No me voy, no, que en la habitación
estoy!
Luego se oyen los golpes debajo de la
cama, y la misma voz:
-¡María, dame la asadura dura, dura,
que me sacaste de, la sepultura!
-¡Ay, maridito mío! ¿Quién será?
-¡Calla, calla, tonta, que ya se irá!
-¡No me voy, no, que debajo de la cama
estoy!
En esto la salió el muerto de debajo
de la cama, la agarró de los pies, cargó con ella, y se la llevó al camposanto.
Burgos,
Burgos. Narrador
XLV, 2 de junio, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario