194. Cuento popular castellano
Había una chica en Aldeafuente que iba
una vez a San Pedro de noche, y en el camino se le apareció un pájaro, que iba
dos pasos delante de ella, a un lado y otro de la carretera. A la chica le
empezó a dar miedo y, para que se le quitara, se puso a cantar. Pero al poco
tiempo notó que el pájaro la tiraba del delantal. Y ya la chica empezó a dar
gritos, y la dijo el pájaro:
-¡No grites, no grites, que no te voy
a hacer daño! Soy tu tía Marta y estoy en el purgatorio. Vas a decir a tu padre
que mande decir una misa, que es lo único que me hace falta para subir al
cielo.
La chica llegó a su casa toda asustada
y se lo contó a sus padres. Y al día siguiente mandaron al señor cura que
dijera una misa por el alma de la tía Marta. Mandaron a la chica la primera a
la iglesia para que encendiese las velas; pero al mismo tiempo de subir el
señor cura a decir la misa, la chica empezó a dar gritos, diciendo que la
tenía agarrada su tía, y toda la misa estuvo abrazada a su madre, muy nerviosa,
por más que el señor cura la decía:
-¡No te asustes, que no es nada!
No pudieron conseguir tranquilizarla.
Pero, por fin, al mismo tiempo de echar el señor cura la bendición, dio la
chica un suspiro y dijo:
-¡Ay, ya me ha soltado!
Esto sucedió en Aldeafuente.
Pedraza,
Segovia. Narrador LVII, 25 de marzo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. Anonimo (Castilla y leon)
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